EL FESTIVAL NACIONAL DE GAITAS DE OVEJAS (2007)
Por Leonardo Garzón Ortiz
En octubre del año 2005 tuve la oportunidad de asistir al Festival Nacional de Gaitas “Francisco Llirene” en la ciudad de Ovejas, Sucre. Esto se dio gracias a la invitación que hiciera la organización del Festival al Ministerio de Cultura, para contar con el acompañamiento de una persona vinculada a dicha institución gubernamental y así, mostrar de primera mano cómo se hace el festival, qué es lo que muestra y cómo vive la gente de la cultura de la cumbia y de la gaita un evento como éste. Asistí entonces, como delegado del Ministerio de Cultura al festival.
En esa oportunidad, se desarrollaron tres modalidades de concurso: una dedicada a las agrupaciones aficionadas, otra a las agrupaciones profesionales y otra a la obra inédita. En cada una de ellas, se presentó un número muy significativo de agrupaciones musicales de diferentes regiones del país, grupos de Sucre, de Córdoba, de Bolívar, de Atlántico, de Antioquia, de Santander, de Quindío, de Cundinamarca, Bogotá y hasta de Cali.
Sorprende entonces que la música de tambores y de gaitas trascienda las fronteras de los Montes de María y haya llegado hasta las cordilleras andinas y tenga en otras regiones cultores de tan alta calidad como los sucreños y cordobeses.
Otro elemento digno de destacar en el festival fue el espacio dado a la presentación de procesos infantiles de formación en diferentes municipios y proyectos de la región. Se presentaron en tarima cerca de 15 proyectos de formación infantil y juvenil; procesos articulados a las casas de la cultura, a fundaciones, a alcaldías municipales, a instituciones como el SENA, o a iniciativas particulares que están permitiendo a una gran población de niños y jóvenes de la región entrar en contacto directo con esta tradición musical y evidencian la permanencia de esta tradición en las nuevas generaciones.
La experiencia directa con los festivales enriquece enormemente la mirada de la política que se coordina desde Bogotá y que se ha construido con los actores regionales. Esta visita en particular al Festival Nacional de Gaitas “Francisco Llirene”, permitió observar el desarrollo de las actividades artísticas ya mencionadas, y la forma como los habitantes de Ovejas y muchos turistas que llegan de diferentes partes de Sucre y del país viven y disfrutan la fiesta de la gaita y la cumbia.
El Festival Nacional de Gaitas “Francisco Llirene” de Ovejas, es sin duda uno de los más representativos de la música tradicional del país, por su impacto cultural, por la cantidad de músicos que convoca, por la vivencia fundamental de esta música para los habitantes de la región, y principalmente, porque está permitiendo a una expresión de la costa caribe estar vigente, hacer presencia en la vida de muchos colombianos.
Como todos los procesos culturales que han surgido de la necesidad expresiva de sus comunidades, requiere del apoyo continuado de las entidades de gobierno municipal, departamental y nacional, así como el fortalecimiento de la organización civil, en este caso, la Fundación que coordina, convoca y dirige el festival. La encomiable labor que adelanta esta entidad desde hace más de veinte años por darle vida y sostenibilidad al encuentro en torno a la gaita, ha permitido que se mantenga hasta hoy como uno de los espacios más significativos en la cultura nacional.
Se hace necesario también que el Festival entre en contacto directo con otros festivas similares que se realizan en diferentes lugares del país, alrededor de otras manifestaciones musicales pero con búsquedas y propósitos muy similares. En parte, la iniciativa movilizada por el Ministerio de Cultura a través de la Red Nacional de Festivales de Música Tradicional Colombiana está encaminada a crear entre ellos lazos de apoyo, cooperación y fortalecimiento en aspectos artísticos, financieros y de gestión y proyección, entre otros.
Ahora ya no como delegado de una institución gubernamental, sino como ciudadano del común y como artista, doy mi voto de confianza a la gestión adelantada por la Fundación Festival Nacional de Gaitas “Francisco Llirene” y espero que los músicos comprometidos con esta práctica, así como los ciudadanos que asisten y participan de él, y las instancias de gobierno le sigan apostando a este evento y permitamos entre todos con eso, favorecer un espacio de encuentro, de crecimiento y de construcción social.
En octubre del año 2005 tuve la oportunidad de asistir al Festival Nacional de Gaitas “Francisco Llirene” en la ciudad de Ovejas, Sucre. Esto se dio gracias a la invitación que hiciera la organización del Festival al Ministerio de Cultura, para contar con el acompañamiento de una persona vinculada a dicha institución gubernamental y así, mostrar de primera mano cómo se hace el festival, qué es lo que muestra y cómo vive la gente de la cultura de la cumbia y de la gaita un evento como éste. Asistí entonces, como delegado del Ministerio de Cultura al festival.
En esa oportunidad, se desarrollaron tres modalidades de concurso: una dedicada a las agrupaciones aficionadas, otra a las agrupaciones profesionales y otra a la obra inédita. En cada una de ellas, se presentó un número muy significativo de agrupaciones musicales de diferentes regiones del país, grupos de Sucre, de Córdoba, de Bolívar, de Atlántico, de Antioquia, de Santander, de Quindío, de Cundinamarca, Bogotá y hasta de Cali.
Sorprende entonces que la música de tambores y de gaitas trascienda las fronteras de los Montes de María y haya llegado hasta las cordilleras andinas y tenga en otras regiones cultores de tan alta calidad como los sucreños y cordobeses.
Otro elemento digno de destacar en el festival fue el espacio dado a la presentación de procesos infantiles de formación en diferentes municipios y proyectos de la región. Se presentaron en tarima cerca de 15 proyectos de formación infantil y juvenil; procesos articulados a las casas de la cultura, a fundaciones, a alcaldías municipales, a instituciones como el SENA, o a iniciativas particulares que están permitiendo a una gran población de niños y jóvenes de la región entrar en contacto directo con esta tradición musical y evidencian la permanencia de esta tradición en las nuevas generaciones.
La experiencia directa con los festivales enriquece enormemente la mirada de la política que se coordina desde Bogotá y que se ha construido con los actores regionales. Esta visita en particular al Festival Nacional de Gaitas “Francisco Llirene”, permitió observar el desarrollo de las actividades artísticas ya mencionadas, y la forma como los habitantes de Ovejas y muchos turistas que llegan de diferentes partes de Sucre y del país viven y disfrutan la fiesta de la gaita y la cumbia.
El Festival Nacional de Gaitas “Francisco Llirene” de Ovejas, es sin duda uno de los más representativos de la música tradicional del país, por su impacto cultural, por la cantidad de músicos que convoca, por la vivencia fundamental de esta música para los habitantes de la región, y principalmente, porque está permitiendo a una expresión de la costa caribe estar vigente, hacer presencia en la vida de muchos colombianos.
Como todos los procesos culturales que han surgido de la necesidad expresiva de sus comunidades, requiere del apoyo continuado de las entidades de gobierno municipal, departamental y nacional, así como el fortalecimiento de la organización civil, en este caso, la Fundación que coordina, convoca y dirige el festival. La encomiable labor que adelanta esta entidad desde hace más de veinte años por darle vida y sostenibilidad al encuentro en torno a la gaita, ha permitido que se mantenga hasta hoy como uno de los espacios más significativos en la cultura nacional.
Se hace necesario también que el Festival entre en contacto directo con otros festivas similares que se realizan en diferentes lugares del país, alrededor de otras manifestaciones musicales pero con búsquedas y propósitos muy similares. En parte, la iniciativa movilizada por el Ministerio de Cultura a través de la Red Nacional de Festivales de Música Tradicional Colombiana está encaminada a crear entre ellos lazos de apoyo, cooperación y fortalecimiento en aspectos artísticos, financieros y de gestión y proyección, entre otros.
Ahora ya no como delegado de una institución gubernamental, sino como ciudadano del común y como artista, doy mi voto de confianza a la gestión adelantada por la Fundación Festival Nacional de Gaitas “Francisco Llirene” y espero que los músicos comprometidos con esta práctica, así como los ciudadanos que asisten y participan de él, y las instancias de gobierno le sigan apostando a este evento y permitamos entre todos con eso, favorecer un espacio de encuentro, de crecimiento y de construcción social.
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