DE LAS CORRALEJAS A LOS FESTIVALES (2002)
Aníbal Jiménez Díaz
Las corralejas fueron para muchos pueblos de la Costa Caribe, los espacios de expresión folclórica, obligados por la falta de oportunidades para encontrar un espacio más propicio e el que pudieran expresar todos sus saberes y experiencias populares, artísticas, literarias, etc.
No podemos desconocer que en las fiestas en corralejas se reúnen y confunden muchas expresiones del arte popular, yendo desde la lidia del toro hasta la del prestidigitador que con su coime y su ágil juego de manos te pela hasta el último centavo. Es que pueblo que se respetara realizaba sus fiestas en corraleja. Ovejas no fue la excepción. Esto medía la magnitud económica del pueblo o caserío y la de los hacendados quienes competían y se lucían ofreciendo la mejor torada, derrochando mucho dinero, incluyendo el que tiraban encima del toro o adhiriéndolo en los cachos del más asesino, desde luego, esto evidencia lo tristemente cierto de estas fiestas cuyo éxito se mide y se seguirá midiendo por el numero de muertos, heridos y atropellados que se produzca en las mismas.
En buenahora entramos en la era de los festivales, una forma nueva y reivindicativa de manifestación y expresión folclórica y cultural que empezó a ser apoyada, mostrando resultados positivos. Son entonces para muchos pueblos una alternativa que ante la imposibilidad de continuar las tradicionales corralejas, han logrado embarcarse en un nuevo rumbo histórico que he denominado ERA DE LOS FESTIVALES.
Ovejas celebró su última fiesta den corralejas en el año 1978, después de un largo receso; luego pasaron siete años de transición para entrar en esta nueva era que hoy nos disponemos a celebrar con mucho entusiasmo: la versión numero dieciocho del Festival Nacional de Gaitas “Francisco Llirene”, aquí en Ovejas, Sucre.
Los festivales han brindado a los pueblos espacios de sana diversión y participación, enriqueciendo de paso su folclor. Muchos festivales se han organizado, algunos con motivos bien claros y definidos; otros con motivos un poco graciosos como el Festival del Burro en San Antero, Córdoba, que muestran el afán de entrar en esta era de los festivales, no importando el motivo, lo interesante es estar a la moda.
Ovejas tiene su festival y hoy no nos queda otro camino como Ovejeros, amantes del folclor y defensores de la cultura, que defenderlo como el PATRIMONIO MÁS VALIOSO con que contamos, no sólo a nivel regional, sino a nivel nacional.
El Festival es vida, en él se vive con el goce y el placer que dan la armonía melodiosa de los conjuntos de gaita que ofrecen con su espectáculo desde la tarima o desde cualquier lugar que ellos quieran expresarse porque gozan de plena libertad para hacerlo, sin ninguna restricción. También se revive la memoria de los que han pasado a conformar: El Grupo de Gaita Celestial (que en paz descansen), porque han sido parte fundamental de esta historia particular que hoy tenemos la gran dicha de contar como faceta evolutiva de nuestra historia viva.
Las corralejas fueron para muchos pueblos de la Costa Caribe, los espacios de expresión folclórica, obligados por la falta de oportunidades para encontrar un espacio más propicio e el que pudieran expresar todos sus saberes y experiencias populares, artísticas, literarias, etc.
No podemos desconocer que en las fiestas en corralejas se reúnen y confunden muchas expresiones del arte popular, yendo desde la lidia del toro hasta la del prestidigitador que con su coime y su ágil juego de manos te pela hasta el último centavo. Es que pueblo que se respetara realizaba sus fiestas en corraleja. Ovejas no fue la excepción. Esto medía la magnitud económica del pueblo o caserío y la de los hacendados quienes competían y se lucían ofreciendo la mejor torada, derrochando mucho dinero, incluyendo el que tiraban encima del toro o adhiriéndolo en los cachos del más asesino, desde luego, esto evidencia lo tristemente cierto de estas fiestas cuyo éxito se mide y se seguirá midiendo por el numero de muertos, heridos y atropellados que se produzca en las mismas.
En buenahora entramos en la era de los festivales, una forma nueva y reivindicativa de manifestación y expresión folclórica y cultural que empezó a ser apoyada, mostrando resultados positivos. Son entonces para muchos pueblos una alternativa que ante la imposibilidad de continuar las tradicionales corralejas, han logrado embarcarse en un nuevo rumbo histórico que he denominado ERA DE LOS FESTIVALES.
Ovejas celebró su última fiesta den corralejas en el año 1978, después de un largo receso; luego pasaron siete años de transición para entrar en esta nueva era que hoy nos disponemos a celebrar con mucho entusiasmo: la versión numero dieciocho del Festival Nacional de Gaitas “Francisco Llirene”, aquí en Ovejas, Sucre.
Los festivales han brindado a los pueblos espacios de sana diversión y participación, enriqueciendo de paso su folclor. Muchos festivales se han organizado, algunos con motivos bien claros y definidos; otros con motivos un poco graciosos como el Festival del Burro en San Antero, Córdoba, que muestran el afán de entrar en esta era de los festivales, no importando el motivo, lo interesante es estar a la moda.
Ovejas tiene su festival y hoy no nos queda otro camino como Ovejeros, amantes del folclor y defensores de la cultura, que defenderlo como el PATRIMONIO MÁS VALIOSO con que contamos, no sólo a nivel regional, sino a nivel nacional.
El Festival es vida, en él se vive con el goce y el placer que dan la armonía melodiosa de los conjuntos de gaita que ofrecen con su espectáculo desde la tarima o desde cualquier lugar que ellos quieran expresarse porque gozan de plena libertad para hacerlo, sin ninguna restricción. También se revive la memoria de los que han pasado a conformar: El Grupo de Gaita Celestial (que en paz descansen), porque han sido parte fundamental de esta historia particular que hoy tenemos la gran dicha de contar como faceta evolutiva de nuestra historia viva.
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