Tuesday, November 24, 2009

EDITORIAL (1994)

La gaita Única Candidata de Unidad


Desde comienzos del siglo pasado cuando en las cuatro esquinas de la plaza, los campesinos agradecidos con su patrono SAN FRANCISCO DE ASÍS, se reunieron para hacer sonar las Gaitas y Tambores, ya se vislumbraba que esta melodía ancestral sería capaz de unir partidos, credos, e ideologías encontradas a su alrededor.

Esta tradición se mantuvo por más de un siglo de manera espontánea. Durante ocho días, los campesinos realizaban su propio Festival en el cual se aplicaban estatutos verbales, la competencia era interminable al igual que el ron de fabricación casera que tragaban sin medir cada vez que concluía una canción en el Fandango.

Eran los campesinos los que tocaban, pero era todo el pueblo el que bailaba en las fiestas colectivas en donde la mujer era la reina a quien nadie podía tocar ni siquiera la flor de bonche que adornaba su cabellera, mucho menos sus caderas que se movían al son de GAITA Y TAMBORES.

Entonces no existía ni por asomo la competencia comercial. Los Gaiteros en un ambiente de compadrazgo compartían alimento y ron. No existían los jurados, por ello no habían ganadores ni perdedores, al final de la faena musical la única gloriosa era la Sonora GAITA, por la que los campesinos dejaban sus parcelas para atender su vocación de unidad a ELLA.

En los últimos diez años, festival con tarima y amplificación ha corroborado y afianzado que la Gaita sin perder su esencia original ha encontrado otros espacios y ahora no sólo son los campesinos los que asisten a su llamado y los que se envuelven de su melodía, sino los intelectuales, estudiantes, periodistas, investigadores y todos los del sector que acuden a su convocatoria.

UNA DÉCADA DE APERTURA

Estos diez años del Festival organizado ha arrojado positivos resultados y ha servido de apertura a todas las manifestaciones artísticas que alimentan la cultura popular.

Aunque difícil el objetivo de preservar y difundir la música de nuestros artistas, se ha cumplido y hoy por hoy la Gaita y sus ejecutores tienen el reconocimiento que merecen, pero aún falta más. Queremos decir que desde Ovejas estamos aportando a la lucha para defender a nuestros valores y rescatar con altura la música de Gaitas.


¡Bienvenidos al Festival!