EDITORIAL (2002)
En el inicio del siglo XXI, cuando la globalización de la economía arrastra tras sí beneficios y perjuicios que pueden a muy corto tiempo debilitar organizaciones hasta llevarlas a su disolución, se hace imprescindible realizar una profunda reestructuración al interior del FESTIVAL NACIONAL DE GAITAS “FRANCISCO LLIRENE” mediante una reorientación administrativa, un manejo eficaz de los recursos y un fortalecimiento de nuestra identidad cultural que permita preservar en el tiempo el amor por la cadenciosa melodía que brota de la idílica chuana.
De no atenderse estas consideraciones, nos veremos avocados a claudicar ó, en el mejor de los casos, a sumirnos en el profundo mar de la desesperanza. No podríamos entonces, cargar con el peso de la tristeza, producto de la nostalgia y la vergüenza de no haber podido actuar a tiempo y brindar nuestro mejor esfuerzo al legado cultural casi olvidado, que una vez rescatara un grupo de personas aquel 5 de septiembre del año 1985; para deleite de los amantes del sosiego y del embrujo soñador del sonido proveniente de la ancestral chuana.
Dios permita retribuir con creces a las personas que se han percatado de la gran oportunidad que existe de continuar por el fino sendero de la seriedad, de la transparencia, de la proyección y el profundo interés de resguardar para nuestras futuras generaciones, ésta hermosa música con sabor a tierra y sudor, producto del esfuerzo diario del hombre por mantener en armonía a su familia.
Bienvenidos a la reivindicación del evento cultural de gran autenticidad y representatividad en nuestra colorida y variada República de Colombia: EL FESTIVAL NACIONAL DE GAITAS “FRANCISCO LLIRENE”.
De no atenderse estas consideraciones, nos veremos avocados a claudicar ó, en el mejor de los casos, a sumirnos en el profundo mar de la desesperanza. No podríamos entonces, cargar con el peso de la tristeza, producto de la nostalgia y la vergüenza de no haber podido actuar a tiempo y brindar nuestro mejor esfuerzo al legado cultural casi olvidado, que una vez rescatara un grupo de personas aquel 5 de septiembre del año 1985; para deleite de los amantes del sosiego y del embrujo soñador del sonido proveniente de la ancestral chuana.
Dios permita retribuir con creces a las personas que se han percatado de la gran oportunidad que existe de continuar por el fino sendero de la seriedad, de la transparencia, de la proyección y el profundo interés de resguardar para nuestras futuras generaciones, ésta hermosa música con sabor a tierra y sudor, producto del esfuerzo diario del hombre por mantener en armonía a su familia.
Bienvenidos a la reivindicación del evento cultural de gran autenticidad y representatividad en nuestra colorida y variada República de Colombia: EL FESTIVAL NACIONAL DE GAITAS “FRANCISCO LLIRENE”.
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