INFLUENCIA DE LA GAITA EN LOS RITMOS COSTEÑOS (2001)
Cesar Garcés García
La Gaita como instrumento primigenio tuvo un gran aporte en la formación de todos los ritmos musicales formados en la Región Caribe Colombiana, esto lo podemos notar fácilmente en la cumbia, el porro y la puya, ritmos que tienen en su estructura general una marcada presencia de la Gaita.
A su vez, la cumbia, el porro, y la puya han servido de base para la formación de otros ritmos como el Fandango, la Gaita, el Cumbión, el Paseaito, el Merecumbé, etc. En consecuencia se puede decir, que la gaita tuvo influencia en todos los ritmos formados en la Región Atlántica Colombiana, incluso su influencia trasciende en ritmos de la costa Pacífica como el Aguabajo que es una especie de porro que interpretan los chirimías del Chocó, y el Son Chocoano, toda vez algunos músicos de Córdoba emigran por su cercanía, a las poblaciones de Itsmina, Tadó y Juradó, a estos músicos cordobeses al radicarse en tierra chocoana llevando consigo su música y sus costumbres se les denominan Chislapos.
El aporte de la gaita en la formación de los ritmos costeños es de tipo melódico, es decir, era quien hacía la melodía, imponiéndose por encima de los instrumentos de percusión y de la voz de las cantadoras, en síntesis la gaita era la que mandaba la parada, de aquí se desprende la importancia que tiene el instrumento gaita en todo el contexto musical colombiano, importancia que se ha querido opacar por algunas personas que sin hacer investigación a fondo, desconociendo flagrantemente la verdadera raíz de la música costeña, sostienen que la cumbia y la puya tuvieron sus inicios a partir de la llegada a Cartagena, principal puerto marítimo colombiano a finales del siglo XVIII, de los instrumentos de viento provenientes de Europa, desconociendo por completo el arraigo cultural, histórico y folclórico del indígena y del negro, demostrando con esto una falta de identidad y un desconocimiento profundo de la historia musical Colombiana.
La gaita instrumento pentatónico creado por nuestros indígenas, cuando es interpretado, refleja el estado de ánimo de su ejecutante, cuando este se encuentra triste, así mismo se siente el sonido de la gaita y por el contrario, cuando se encuentra alegre y feliz deslumbra a cualquiera con sus sones alegres, imprimiendo un sello de felicidad, incluso al mismo tema le agrega nuevas partes extendiéndose en su improvisación, esto es lo que hace que los temas ejecutados en gaita no se puedan escribir en una partitura musical. Este instrumento ha transcurrido de generación, circunstancia que hace que tengamos la fortuna de deleitarnos con el poder contagioso y elevarnos al maravilloso mundo de lo inexplicable, la gaita ha mantenido su estructura original, eran tan sabios nuestros primeros músicos gaiteros que se dieron cuenta que a la línea melódica que lleva la gaita hembra, le hacia falta un acompañamiento también melódico, razón por la cual se vieron en la necesidad de inventar la gaita de un solo hueco, la cual denominaron macho, para que con su cadencia y su sonido unifónico, sirviera de acompañamiento a esa línea melódica que genera la gaita hembra, como queriendo decir que a toda hembra le hace falta su acompañamiento masculino para su virtual protección, de aquí se deduce que los ritmos de la Costa Atlántica Colombiana, que han hecho conocer a nuestra patria en todo el mundo, son sacados de la misma práctica social, la cual hacen que estos sean versátiles y extensos en melodía y percusión.
Algo digno de admirar es la improvisación del ejecutante de la gaita, este inspirado por una bella mujer que lo observa o por el estímulo que da el divertir a sus semejantes, toca lo más sublime que pueda, sacando a relucir su espontaneidad y el conocimiento del instrumento. Otro aspecto digno de resaltar es que el músico de grupos de gaitas y tambores no ha entrado ni entrarán jamás en la moda de ingerir sustancias alucinógenas como cocaína, marihuana o bazuco para poder tocar ya que por su estrato campesino le permite ser muy conservador con sus costumbres y tradiciones, los gaiteros son muy temerosos de las cosas desconocidas, esto hace que no se preocupen por copiar modas foráneas.
Cuando se escucha una gaita acompañada de maracas, el macho y el llamador, el sentimiento que expresa es de alegría y pasión es como si nos dijera este es un instrumento de amor, nos palpita el corazón y como si fuera poco nos sublimiza a el amor.
La Gaita como instrumento primigenio tuvo un gran aporte en la formación de todos los ritmos musicales formados en la Región Caribe Colombiana, esto lo podemos notar fácilmente en la cumbia, el porro y la puya, ritmos que tienen en su estructura general una marcada presencia de la Gaita.
A su vez, la cumbia, el porro, y la puya han servido de base para la formación de otros ritmos como el Fandango, la Gaita, el Cumbión, el Paseaito, el Merecumbé, etc. En consecuencia se puede decir, que la gaita tuvo influencia en todos los ritmos formados en la Región Atlántica Colombiana, incluso su influencia trasciende en ritmos de la costa Pacífica como el Aguabajo que es una especie de porro que interpretan los chirimías del Chocó, y el Son Chocoano, toda vez algunos músicos de Córdoba emigran por su cercanía, a las poblaciones de Itsmina, Tadó y Juradó, a estos músicos cordobeses al radicarse en tierra chocoana llevando consigo su música y sus costumbres se les denominan Chislapos.
El aporte de la gaita en la formación de los ritmos costeños es de tipo melódico, es decir, era quien hacía la melodía, imponiéndose por encima de los instrumentos de percusión y de la voz de las cantadoras, en síntesis la gaita era la que mandaba la parada, de aquí se desprende la importancia que tiene el instrumento gaita en todo el contexto musical colombiano, importancia que se ha querido opacar por algunas personas que sin hacer investigación a fondo, desconociendo flagrantemente la verdadera raíz de la música costeña, sostienen que la cumbia y la puya tuvieron sus inicios a partir de la llegada a Cartagena, principal puerto marítimo colombiano a finales del siglo XVIII, de los instrumentos de viento provenientes de Europa, desconociendo por completo el arraigo cultural, histórico y folclórico del indígena y del negro, demostrando con esto una falta de identidad y un desconocimiento profundo de la historia musical Colombiana.
La gaita instrumento pentatónico creado por nuestros indígenas, cuando es interpretado, refleja el estado de ánimo de su ejecutante, cuando este se encuentra triste, así mismo se siente el sonido de la gaita y por el contrario, cuando se encuentra alegre y feliz deslumbra a cualquiera con sus sones alegres, imprimiendo un sello de felicidad, incluso al mismo tema le agrega nuevas partes extendiéndose en su improvisación, esto es lo que hace que los temas ejecutados en gaita no se puedan escribir en una partitura musical. Este instrumento ha transcurrido de generación, circunstancia que hace que tengamos la fortuna de deleitarnos con el poder contagioso y elevarnos al maravilloso mundo de lo inexplicable, la gaita ha mantenido su estructura original, eran tan sabios nuestros primeros músicos gaiteros que se dieron cuenta que a la línea melódica que lleva la gaita hembra, le hacia falta un acompañamiento también melódico, razón por la cual se vieron en la necesidad de inventar la gaita de un solo hueco, la cual denominaron macho, para que con su cadencia y su sonido unifónico, sirviera de acompañamiento a esa línea melódica que genera la gaita hembra, como queriendo decir que a toda hembra le hace falta su acompañamiento masculino para su virtual protección, de aquí se deduce que los ritmos de la Costa Atlántica Colombiana, que han hecho conocer a nuestra patria en todo el mundo, son sacados de la misma práctica social, la cual hacen que estos sean versátiles y extensos en melodía y percusión.
Algo digno de admirar es la improvisación del ejecutante de la gaita, este inspirado por una bella mujer que lo observa o por el estímulo que da el divertir a sus semejantes, toca lo más sublime que pueda, sacando a relucir su espontaneidad y el conocimiento del instrumento. Otro aspecto digno de resaltar es que el músico de grupos de gaitas y tambores no ha entrado ni entrarán jamás en la moda de ingerir sustancias alucinógenas como cocaína, marihuana o bazuco para poder tocar ya que por su estrato campesino le permite ser muy conservador con sus costumbres y tradiciones, los gaiteros son muy temerosos de las cosas desconocidas, esto hace que no se preocupen por copiar modas foráneas.
Cuando se escucha una gaita acompañada de maracas, el macho y el llamador, el sentimiento que expresa es de alegría y pasión es como si nos dijera este es un instrumento de amor, nos palpita el corazón y como si fuera poco nos sublimiza a el amor.
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