GAITEROS EN EL OLVIDO (1998)
Mauricio González
Desde hace muchos años, Ovejas ha sido cuna de la creación de la guía, del baile cantao y el tradicional fandango.
Hoy día parece ser que se han olvidado a nuestros gaiteros y bailadoras de gaita.
MARIA ISABEL DE LA ROSA, una mujer que hecha de tambores, maracas y tabaco, ha preservado la tradición de bailar a cada instante que escucha el sonar de la gaita. Siempre con su entusiasmo que la caracteriza, “la bizca” conocida popularmente, se convirtió en la mujer que más fumaba calillas en nuestro municipio, dobladas por ella misma. Y desde entonces el espíritu de mujer ovejera, alegre, coqueta y saramulla, han hecho que hoy día la recordemos como aquel inmenso grano de arena que tuvo el mejor aporte a nuestra cultura y sobre todo a la historia de Ovejas.
Al igual que Enrique Arias, Antonio Cabrera, señores gaiteros por excelencia, Eloisa Bohórquez, y su hermana Elena, reconocidas fundadoras del baile cantao en el municipio de Ovejas, hoy la popular “Malocho” se encuentra cantándole al todopoderoso en la eternidad su verso “Palma Linda”.
Es un reto para el ser humano llegar a un siglo y más años de vida, pero es triste cuando muere alguien que lleva consigo ese furor de maracas y tambores; CARMEN MENDOZA, conocida por todos como “La Charana”, una mujer trabajadora, la cual poseía un espíritu envidiable, bailadora como ninguna, su modo de ganarse a la gente con su forma de tratar y sobretodo de bailar, se ha convertido en un ejemplo más guardado en la memoria de nuestro pueblo. Hoy día sus restos reposan en el cementerio municipal.
MARIA PINEDA, otra mujer que siente las gaitas con sabor a tabaco y ron, AURORA HERNANDEZ, que en estos momentos se encuentra ciega, pero para bailar gaita no se necesitan los ojos, sino tener el espíritu dispuesto para enfrentar el son que brota del mejor instrumento hecho por el hombre: “La Chuana”.
Hoy en día estos señores que aportaron historia a nuestra cultura popular, se encuentran olvidados por los diferentes entes concernientes a la cultura, que se interesan eventualmente de estos ancestrales exponentes de la cultura y tradición indígena.
Es de mucha importancia rendirle homenajes a nuestros gaiteros y baliadores de gaita cuando aún se dan cuenta de la vida, pero de nada sirve rendir honores cuando el cuerpo de estos grandes héroes, de la música se encuentran eternamente inmóvil.
“Ni siquiera una vela con toda su luz y esplendor llorando esperma, podrá incentivar nuevamente el cuerpo y alma del gaitero o bailador de gaita, aún después de haber descansado para siempre”.
Desde hace muchos años, Ovejas ha sido cuna de la creación de la guía, del baile cantao y el tradicional fandango.
Hoy día parece ser que se han olvidado a nuestros gaiteros y bailadoras de gaita.
MARIA ISABEL DE LA ROSA, una mujer que hecha de tambores, maracas y tabaco, ha preservado la tradición de bailar a cada instante que escucha el sonar de la gaita. Siempre con su entusiasmo que la caracteriza, “la bizca” conocida popularmente, se convirtió en la mujer que más fumaba calillas en nuestro municipio, dobladas por ella misma. Y desde entonces el espíritu de mujer ovejera, alegre, coqueta y saramulla, han hecho que hoy día la recordemos como aquel inmenso grano de arena que tuvo el mejor aporte a nuestra cultura y sobre todo a la historia de Ovejas.
Al igual que Enrique Arias, Antonio Cabrera, señores gaiteros por excelencia, Eloisa Bohórquez, y su hermana Elena, reconocidas fundadoras del baile cantao en el municipio de Ovejas, hoy la popular “Malocho” se encuentra cantándole al todopoderoso en la eternidad su verso “Palma Linda”.
Es un reto para el ser humano llegar a un siglo y más años de vida, pero es triste cuando muere alguien que lleva consigo ese furor de maracas y tambores; CARMEN MENDOZA, conocida por todos como “La Charana”, una mujer trabajadora, la cual poseía un espíritu envidiable, bailadora como ninguna, su modo de ganarse a la gente con su forma de tratar y sobretodo de bailar, se ha convertido en un ejemplo más guardado en la memoria de nuestro pueblo. Hoy día sus restos reposan en el cementerio municipal.
MARIA PINEDA, otra mujer que siente las gaitas con sabor a tabaco y ron, AURORA HERNANDEZ, que en estos momentos se encuentra ciega, pero para bailar gaita no se necesitan los ojos, sino tener el espíritu dispuesto para enfrentar el son que brota del mejor instrumento hecho por el hombre: “La Chuana”.
Hoy en día estos señores que aportaron historia a nuestra cultura popular, se encuentran olvidados por los diferentes entes concernientes a la cultura, que se interesan eventualmente de estos ancestrales exponentes de la cultura y tradición indígena.
Es de mucha importancia rendirle homenajes a nuestros gaiteros y baliadores de gaita cuando aún se dan cuenta de la vida, pero de nada sirve rendir honores cuando el cuerpo de estos grandes héroes, de la música se encuentran eternamente inmóvil.
“Ni siquiera una vela con toda su luz y esplendor llorando esperma, podrá incentivar nuevamente el cuerpo y alma del gaitero o bailador de gaita, aún después de haber descansado para siempre”.
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