MONUMENTO A LA CRUZ: RESEÑA HISTÓRICA (1996)
Por Hernando Ricardo
Corría el año 1.853, cuando la señora Ángela Vásquez, esposa de Remigio Blanco y quienes vivían en una casa en donde está hoy situada la residencia de las hermanas Echavez Palencia, quien era muy devota de la Santa Cruz, se acercó a la señora Domitila Galán de Taboada, esposa de don Enrique Taboada Buelvas, con el fin de proponerles que erigieran entre las dos un monumento en la placita, para recordarles a los moradores del pueblo, el símbolo de nuestra redención: la Santa Cruz. Al escuchar la idea de Ángela Vásquez, doña Domitila, que precisamente era oriunda de la Villa de Santa Cruz de Mompós, se llenó de gran entusiasmo y acordaron todo con el fin de poner enseguida manos a la obra y ésta fuera una realidad lo antes posible. Fue así como erigieron el monumento que todos conocemos. Desde entonces los moradores de la población rendían en él especial veneración a la Santa Cruz, y desde esa misma época se conocen expresiones populares que se hacían como homenaje a ella, como ésta: “En el cielo se oye una voz que canta a su majestad: válgame la cruz del cielo y la Santísima Trinidad”. Estas expresiones las decían las personas fervorosas de la Santa Cruz, especialmente en momentos de tempestades y en los grandes peligros.
El monumento a la Santa Cruz fue inaugurado un tres de mayo en medio de grandes manifestaciones de alegría por parte de todos los ovejeros. Una banda de música fue traída expresamente del Carmen de Bolívar, vinieron invitados especiales de Sincelejo, Corozal y Carmen de Bolívar. El monumento estaba bellamente adornado y arreglado con velas y gran cantidad de flores traídas de los campos
Hubo un gran desfile alrededor de la plaza y posteriormente un entusiasta fandango hasta el amanecer del día cuatro de mayo. Pasados algunos años, aunque debemos aceptar que ha decaído la devoción, se continuaron las tradicionales fiestas, siempre con fandango hasta el amanecer del día siguiente. En la plaza de la Cruz se daban citas las personas prestantes de la población y todo el pueblo alborozado bailaba la cumbia de los acordes de la banda de músicos, que nunca faltaba.
Por los años de 1.918 a 1.922 se encargaron de hacer revivir estos viejos tiempos otras personas, entre ellas Flora Ortega, hija de la niña Rosa Bonet, quien se encargaba de que se rezara desde temprana la tarde, alrededor de la Cruz y luego repartía dulces y galletas a todas las niñas, que se disputaban el mejor arreglo personal, para salir luego a pasear por las calles, festejando el día de la Santa Cruz.
En el año 1.983 y estando al frente de la Alcaldía Municipal de Ovejas el doctor Guillermo García García, hijo de Ovejas y de estirpe netamente cristiana, muy amante del progreso, se preocupó por la remodelación del monumento y construyó a la vez un parque a su alrededor; y se ha preocupado, junto con su señor padre Guillermo García González y demás vecinos de la plaza de la Cruz en mantener muy aseado el parque y toda la antigua plaza de la Cruz, así como también en festejar en forma solemne la festividad de la Santa Cruz el tres de mayo de cada año. Es así como para esa fecha y en horas de la noche se celebra la santa misa en dicho lugar, y luego los ovejeros, al son de la música, se dedican al fandango muy alegremente.
Corría el año 1.853, cuando la señora Ángela Vásquez, esposa de Remigio Blanco y quienes vivían en una casa en donde está hoy situada la residencia de las hermanas Echavez Palencia, quien era muy devota de la Santa Cruz, se acercó a la señora Domitila Galán de Taboada, esposa de don Enrique Taboada Buelvas, con el fin de proponerles que erigieran entre las dos un monumento en la placita, para recordarles a los moradores del pueblo, el símbolo de nuestra redención: la Santa Cruz. Al escuchar la idea de Ángela Vásquez, doña Domitila, que precisamente era oriunda de la Villa de Santa Cruz de Mompós, se llenó de gran entusiasmo y acordaron todo con el fin de poner enseguida manos a la obra y ésta fuera una realidad lo antes posible. Fue así como erigieron el monumento que todos conocemos. Desde entonces los moradores de la población rendían en él especial veneración a la Santa Cruz, y desde esa misma época se conocen expresiones populares que se hacían como homenaje a ella, como ésta: “En el cielo se oye una voz que canta a su majestad: válgame la cruz del cielo y la Santísima Trinidad”. Estas expresiones las decían las personas fervorosas de la Santa Cruz, especialmente en momentos de tempestades y en los grandes peligros.
El monumento a la Santa Cruz fue inaugurado un tres de mayo en medio de grandes manifestaciones de alegría por parte de todos los ovejeros. Una banda de música fue traída expresamente del Carmen de Bolívar, vinieron invitados especiales de Sincelejo, Corozal y Carmen de Bolívar. El monumento estaba bellamente adornado y arreglado con velas y gran cantidad de flores traídas de los campos
Hubo un gran desfile alrededor de la plaza y posteriormente un entusiasta fandango hasta el amanecer del día cuatro de mayo. Pasados algunos años, aunque debemos aceptar que ha decaído la devoción, se continuaron las tradicionales fiestas, siempre con fandango hasta el amanecer del día siguiente. En la plaza de la Cruz se daban citas las personas prestantes de la población y todo el pueblo alborozado bailaba la cumbia de los acordes de la banda de músicos, que nunca faltaba.
Por los años de 1.918 a 1.922 se encargaron de hacer revivir estos viejos tiempos otras personas, entre ellas Flora Ortega, hija de la niña Rosa Bonet, quien se encargaba de que se rezara desde temprana la tarde, alrededor de la Cruz y luego repartía dulces y galletas a todas las niñas, que se disputaban el mejor arreglo personal, para salir luego a pasear por las calles, festejando el día de la Santa Cruz.
En el año 1.983 y estando al frente de la Alcaldía Municipal de Ovejas el doctor Guillermo García García, hijo de Ovejas y de estirpe netamente cristiana, muy amante del progreso, se preocupó por la remodelación del monumento y construyó a la vez un parque a su alrededor; y se ha preocupado, junto con su señor padre Guillermo García González y demás vecinos de la plaza de la Cruz en mantener muy aseado el parque y toda la antigua plaza de la Cruz, así como también en festejar en forma solemne la festividad de la Santa Cruz el tres de mayo de cada año. Es así como para esa fecha y en horas de la noche se celebra la santa misa en dicho lugar, y luego los ovejeros, al son de la música, se dedican al fandango muy alegremente.
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