Thursday, October 18, 2007

ISMAEL ORTIZ: LA GAITA ES MI HERENCIA (2007)


Por: Lic. Armando Rivero Manjarrez

En el barrio San Judas, en Ovejas Sucre, hay una casa de palma y bahareque fabricada con el aroma de la música de gaitas, por eso no es de extrañar que a cualquier hora, de ella emanen los sonidos embrujados de una gaita triste, melancólica o alegre. Es la vivienda del gaitero, artesano, cantante y compositor Ismael Ortiz Gutiérrez, nacido un 3 de mayo de 1946 en Joney, una vereda rodeada de montañas, pájaros, arroyos, en la zona rural de Ovejas. En ese ambiente rural campesino creció Ismael, bajo el cariño de su madre Maria Francisca Gutiérrez Flores y el influjo musical de sus tíos y su padre José Antonio Ortiz Causado, gaitero que acompañaba con la gaita macho a Francisco Olivera “El Lobo de la Ceiba”, otro grande de nuestra música, que amenizaba todas la velaciones que se hacían en la región con su gaita hembra.

Su niñez transcurrió entre los mandados, la búsqueda del agua, los cantos y rezos que le enseñaba Pacha Barrios, las clases personales que le dictaba Rafael Fontalvo y los juegos tradicionales como el escondido, el toro, sacabarro y la pirinola que compartía alegremente con sus seis hermanas y cuatro hermanos. La familia Ortiz Gutiérrez como muchas en esa época era numerosa, Ismael es el séptimo de once hermanos y hermanas. Las mujeres no se dedicaron a la música porque para ellas en esa época todo era muy estricto, en cambio todos sus hermanos aprendieron el arte musical: Francisco, Enrique, José , Toño e Ismael tuvieron la oportunidad de participar en las fiestas, de ver sonar el tambor en su casa a Francisco Llirene, que iba a peluquear los gallos de pelea, de ver tocar a sus tíos, a su padre y a su amigo El Lobo en la efervescencia de las noches montañeras.

Bajo todo este influjo Ismael aprendió a tocar redoblante, y a los 16 años sale de correría o rebusque acompañando el acordeón de Carmelo Causado, más adelante acompañado de guacharaca y timba incursiona con el baile cantao, improvisando hermosos versos, que el tiempo se ha encargado de borrarlos; en ese proyecto que era la vida de los fines de semana y de parranda introducen al violinero Jesús Lara, entonces muchos los conocieron como Ismael y su conjunto.

Con el transcurrir del tiempo Ismael aún tímido para mostrar sus atributos en los instrumentos con un conjunto de gaitas, se dedica a cantar integrando los Cumbiamberos Campesinos, cuyo gaitero hembrero era el gran maestro Atilano Barrios, de quién se dice que aprendieron las nuevas generaciones de gaiteros Ovejeros, en la gaita macho Julio Barrios, en el tambor Francisco Ortiz, en el llamador Enrique Ortiz. Aunque la gaita desapareció por un tiempo de su vida, fue en 1985 cuando se inicia el Festival Nacional de Gaitas que deciden los Cumbiamberos Campesinos participar ante la invitación de los organizadores. De ese primer Festival Ismael recuerda que se realizó “al lado de la Alcaldía, en un corredor por tarima”, además de ellos participaron como diez conjuntos entre ellos recuerda a Medardo Padilla, Juan Lara, Toño Cabrera, Sebastián y Chango Mendoza, los gaiteros del Parejo, el lobo de la Ceiba entre otros, pero ellos no ganaron . Al siguiente año ocupan el segundo puesto en la categoría aficionado, en gaita larga, y así participaron durante algunos años y viajaron a diferentes partes del país promocionando el Festival, hasta que Ismael queda solo ante la conformación de los Caciques de la Gaita, sus compañeros emigran al otro conjunto y el pasa a integrarse durante tres años a otro conjunto tradicional de gaitas como los Hermanos Pelufo, que en su mayoría eran Ovejeros residentes en el Carmen de Bolívar, de quienes recuerda a Gilberto Angulo tocando la gaita hembra, a su hijo Alfredo Angulo en el tambor, a su sobrino Eduardo Angulo tocando el llamador, a Ismael y Reyes Pelufo, machero y cantante respectivamente, por quienes profesa un gran cariño.

La música lo ha acompañado toda la vida, la música ha sido su vida y la de su familia, aunque la gaita lo enamoro desde niño, su esposa Carmen Edit Zabala Alvarez también lo hizo hace 43 años, aunque de este matrimonio no nacieron las gaitas y los tambores, sí quienes lo ayudan a fabricar y los hacen sonar: Yimmy, Maldiris, Henry, Noemí, Gregorio y Aura Maria, todos recibieron como él, esta música de Gaitas, pero sin discriminación de género. Los Hermanos Ortiz como se le conoce en el ámbito gaitero, esta conformado por algunos de sus hijos, ellos empezaron muy pequeños a participar en el Festival y sus primeras victorias se registran en la categoría infantil, en 1990 en el segundo lugar, en 1991 el tercer puesto, en 1992 ocupan el primer lugar.

Después de esto y de separarse de los Hermanos Peluffo, el padre reúne a Henry, a Gregorio, a Maldiris, a Aura Maria con él para que los Hermanos Ortiz entren a participar en la categoría aficionada y luego profesional, en las cuales recorrió diferentes Festivales como el de la cumbiamba en Cereté, el de la Algarroba en Galeras, el Regional de Gaitas en San Jacinto, el Festival de Gaitas en Ovejas entre otros. Ismael en algunas ocasiones ejecuto la gaita y obtuvo premios, pero el vio en su hijo Henry, quien le tocaba el tambor, un gran potencial para la gaita hembra y fue así que él paso de nuevo al canto, Gregorio a la gaita macho, Maldiris al llamador, Aura Maria a la Tambora y en unos de esos tiempos maravillosos lograron que en el tambor por ocho años se integrara a la familia Fernando Séptimo Mosquera.

En el Festival Folclórico de la Algarroba, en cuyo primer festival se presentó con el gaitero Feliz Contreras, se registran los siguientes reconocimientos a los Hermanos Ortiz en la gaita corta profesional: 1996,1997, segundo lugar y en el 2002 Ismael Ortiz gana el primer lugar en la canción inédita con Sueños de una Cumbia y Henry Ortiz es elegido el mejor gaitero. En el Festival de la Cumbiamba Ismael recuerda que ganaron en varias ocasiones: primer y segundo lugar en Aficionado y Profesional en gaita corta. En Ovejas en 1997 el tercer puesto en gaita larga profesional y en 2001 Henry Ortiz es escogido mejor gaita hembra.

Son muchas las creaciones musicales que nacieron en parrandas e improvisaciones, algunas se quedaron allí, y otras se lograron recordar y grabar. Las canciones nacen en un segundo, no se piensan, recalca Ismael Ortiz, nacen de las anécdotas, las vivencias. El se inspira en la gaita, en las mujeres, los amigos, y de cualquier situación aparecen como La Cobradera, (grabada en el 2000), la Compostura, Maraca y Tambor, La Pura Verdá, La gaita es mi Compañera, Siento una Gran Nostalgia, la Casa de Animalito, Por amor a la gaita, (dedicada a sus hijos) y muchas más que desfilan todos los años en los concursos, de los cuales Ismael dice que ha ganado el primer puesto: el cariño del público y su pueblo. Ismael sigue siendo un hombre sencillo, un amigo, un campesino, un artesano de instrumentos musicales de gaita. Él cultiva la chuira, la pitahaya, como cultivar la yuca, el ñame, el tabaco y el maíz. El Festival Nacional de Gaitas “Francisco Llirene” en su XXIII edición le rinde homenaje en vida a este gran juglar de la música gaitera, un hombre que sigue ejecutando y componiendo esa música, que también ha enseñando, como el legado más precioso de su vida, el que recibió de sus ancestros y deja a sus hijos y nuevas generaciones como su Gran Herencia.

Ovejas 7 de julio de 2007.