Thursday, October 18, 2007

LOS CONOCÍ (2007)

A todos aquellos Ovejeros a quienes conocí y con quienes pude disfrutar de inolvidables momentos con mucho cariño, respeto y nostalgia


Arnuldo Rodríguez Amaya


Los conocí. Sí, tuve la gran fortuna de conocerlos y apreciarlos por su generoso y desinteresado aporte al desarrollo cultural de Ovejas a través de extenuantes jornadas de dedicación al canto, al baile, a la tradición oral, a la organización de eventos y en general, a la creación y utilización de espacios de sana diversión que procuraran el disfrute y aprovechamiento de la variada riqueza heredada con motivo de la trietnia.

Cualquier motivo era el mejor pretexto para reunir a un grupo de amigos o integrarse a la celebración de un evento de interés general en Ovejas. No hubo distingo entre una fiesta patronal y una parranda, igual, se dedicaron con mucho entusiasmo a resaltar las cualidades artística de quienes en su compañía, hacían posible la realización del evento.

¿Quien no se entristece con la partida de un ser querido? ¿A quien no le produce nostalgia el hecho de no poder disfrutar de un momento inolvidable en compañía de un amigo? Son estos momentos de profunda meditación en los que cae nuestro espíritu cuando parte alguien en donde mejor apreciamos su compañía; aquella que ya nunca tendremos.

Hoy, cuando sucumbo ante los recuerdos, viene a mi mente su lento caminar, su hablar pausado, sus picarescas historias de amores, su gran conocimiento para la curación de picaduras de serpientes a través de mágicos brebajes, su nostalgia por la ausencia del hermano fallecido y la gran esperanza de ver nuevamente a los familiares cercanos que por motivos desconocidos se alejaron en los últimos momentos de su vida. Una gran tristeza musical produjo su fallecimiento en nuestro municipio.

La alegría que la caracterizaba se aumento sin medida cuando supo que sería la homenajeada. Sería el centro de atracción; cosa que disfrutaba y gozaba como en aquellos días idos cuando participaba de las ruedas de gaitas organizadas en el casco de Ovejas a las cuales asistía ceremonialmente después de un viaje a pie desde la zona rural. Aquellos bellos recuerdos del primer amor; inolvidables y resaltados que le sonrojaban cada vez que se evocaban. Un gran aprecio hacia sus familiares más cercanos en sus últimos días.

Siempre estaban presentes sus historias fantásticas cuando del origen del mundo se hablaba. Ni hablar de todas las historias en el campo y la ciudad. Sus predilectas tenían que ver con su trajinar campesino y los regresos a medianoche después de parrandas gaiteras en la lejana tierra de Ovejas y por otro lado, las que evocaban su picardía para sobrevivir en el trajinar acelerado de la ciudad de donde se vino para estar con tranquilidad acompañado de sus animales y su música de gaitas. Una penosa partida en la soledad y el abandono.

Padre responsable, gran hombre, buen amigo, dedicado músico y parrandero ocasional de gran recordación, fueron sus más recordadas cualidades. Inquieto trabajador que amenizó eventos de grata recordación como lo fueran las fiestas patronales y las de la Virgen del Carmen. Poseedor de un carácter regio que puso a disposición del Festival Nacional de Gaitas “Francisco Llirene” de quien recibió como retribución un homenaje después de su fallecimiento. Desesperanza ocasionó aquella partida nocturna que hoy se siente como si fuera reciente su partida.

Batallador incansable y amigo de sus amigos. Conocedor minucioso de la historia reciente de Ovejas y sus diferentes etapas. Constructor de identidad al lado de incansables amigos a los que supo destacarles sus cualidades y motivar la desaparición de asperezas en medio de diálogos amenos llenos de mucha enseñanza. Fue una de las personas más equilibradas con respecto al verdadero origen del Festival Nacional de Gaitas “Francisco Llirene” y sus fundadores.

De reconocida y prolija familia Ovejera cultivadora de identidad cultural a través de la ejecución de diferentes instrumentos gaiteros. Conocedor de los secretos ya develados del artesano hacedor de mochilas en pita de gran calidad. Inolvidable creador de aquella canción gaitera con evocación picaresca del golpe humano en el clímax del amor. Creador de cuentos mágicos y anécdotas inolvidables de nuestros abuelos que enriquecen la tradición oral de nuestro ser Caribeño

Todos homenajeados, todos sobresalientes cultores de identidad, una parte de nuestra historia musical y de tradición oral que serán de grata recordación para nuestras nacientes generaciones. Propendamos por dejar escrito este legado para que permanezca en nuestra memoria el gran aporte realizado por cada uno a la historia de Ovejas.