¡EL CIELO ESTÁ DE FIESTA! (2003)
Arnuldo Rodríguez Amaya
Me contó JAIRO MERCADO que ha sido una temporada provechosa para el celestial folclor gaitero. Ha tenido la oportunidad de escuchar reposadamente todas las historias que María Isabel refiere de la juventud ida cuando al lado de MARÍA PINEDA gozaban de las ruedas de gaita, de los bailes interminables en los fandangos de antaño y en la casa de los adinerados del municipio, en donde se bailaba sin parar hasta cuando despuntara el alba en los hermosos Montes de María.
También ha ido perfeccionando algunos pases de baile para acompañar en una celebración a la alegre y espontánea MARÍA VICTORIA quien heredó el amor por la gaita de su tía María Isabel. Y es que JAIRO tiene un gran talento San Jacintero por instructor de cabecera: el maestro ABELITO, quien no escatima esfuerzo alguno para que su pupilo adquiera las mejores dotes como bailarín cual si fuera una de sus mejores obras literarias.
MARÍA ISABEL se siente segura y protegida, como no ha de estarlo si tiene a su compañera y vecina MANUELA a su lado, puesto que fue ella quien le acompañara durante su periodo final en estas huestes terrenales. Puede amanecer cantando, puede amanecer bailando y no llegará el cansancio porque en el cielo ¡No existe la fatiga!.
Se prolongaba la noche en la tierra cuando en el cielo se escuchó el murmullo de voces alegres que afectuosamente saludaban a un gran juglar de la gaita, un señor adentrado en año, de cabello canoso, con dificultad al caminar que jocosamente decía “Este festival me lo gozo desde arriba”. Se trataba de ENRIQUE ARIAS que con secuelas de cansancio en su paso por el mundo terrenal afanosamente buscaba con su vista a su compañero y hermano CAYETANO para “cuadrar una parrandita bien buena”.
Me refería JAIRO que después de acomodarse a su nuevo pero gratificante estado, “LA BIZCA” se juntó con ENRIQUE como lo hiciera alguna vez del año 2002 en el barrio Calle Nueva en compañía de unos amigos directivos del Festival Nacional de Gaitas “Francisco Llirene” para apetecer un sancocho acompañado de ron “para calentar las coyunturas”
Solo esperan que el cura “le eche la bendición” a la 19 edición del festival para comenzar la larga pero alegre fiesta al son de la música autóctona y embrujadora de la gaita.
Con especial afecto, a quienes dedicaron su vida al cultivo y desarrollo de nuestra identidad cultural…
Me contó JAIRO MERCADO que ha sido una temporada provechosa para el celestial folclor gaitero. Ha tenido la oportunidad de escuchar reposadamente todas las historias que María Isabel refiere de la juventud ida cuando al lado de MARÍA PINEDA gozaban de las ruedas de gaita, de los bailes interminables en los fandangos de antaño y en la casa de los adinerados del municipio, en donde se bailaba sin parar hasta cuando despuntara el alba en los hermosos Montes de María.
También ha ido perfeccionando algunos pases de baile para acompañar en una celebración a la alegre y espontánea MARÍA VICTORIA quien heredó el amor por la gaita de su tía María Isabel. Y es que JAIRO tiene un gran talento San Jacintero por instructor de cabecera: el maestro ABELITO, quien no escatima esfuerzo alguno para que su pupilo adquiera las mejores dotes como bailarín cual si fuera una de sus mejores obras literarias.
MARÍA ISABEL se siente segura y protegida, como no ha de estarlo si tiene a su compañera y vecina MANUELA a su lado, puesto que fue ella quien le acompañara durante su periodo final en estas huestes terrenales. Puede amanecer cantando, puede amanecer bailando y no llegará el cansancio porque en el cielo ¡No existe la fatiga!.
Se prolongaba la noche en la tierra cuando en el cielo se escuchó el murmullo de voces alegres que afectuosamente saludaban a un gran juglar de la gaita, un señor adentrado en año, de cabello canoso, con dificultad al caminar que jocosamente decía “Este festival me lo gozo desde arriba”. Se trataba de ENRIQUE ARIAS que con secuelas de cansancio en su paso por el mundo terrenal afanosamente buscaba con su vista a su compañero y hermano CAYETANO para “cuadrar una parrandita bien buena”.
Me refería JAIRO que después de acomodarse a su nuevo pero gratificante estado, “LA BIZCA” se juntó con ENRIQUE como lo hiciera alguna vez del año 2002 en el barrio Calle Nueva en compañía de unos amigos directivos del Festival Nacional de Gaitas “Francisco Llirene” para apetecer un sancocho acompañado de ron “para calentar las coyunturas”
Solo esperan que el cura “le eche la bendición” a la 19 edición del festival para comenzar la larga pero alegre fiesta al son de la música autóctona y embrujadora de la gaita.
Con especial afecto, a quienes dedicaron su vida al cultivo y desarrollo de nuestra identidad cultural…
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