PREOCUPACIÓN AMBIENTALISTA DEL FESTIVAL (2004)
POR: ALFREDO RICARDO GUERRERO
No solamente la preocupación del Festival se centra en su misión cultural de promocionar nuestras manifestaciones culturales expresadas en el género musical de la gaita, y dentro de ese proceso todas aquellas que hacen vida socio-histórica en el Municipio de Ovejas y ligadas estrechamente al género musical aludido, sino que hoy comparte la preocupación de otros organismos estatales por la suerte del Medio Ambiente en razón a que es el espacio donde se escenifica todo el quehacer humano.
Para pensar en un futuro que posibilite una vida digna, el hombre debe romper con el sentido de enemistad que casi siempre ha mantenido con la naturaleza. No puede seguir maltratándola, apagando el canto inocente de los pájaros; enturbiando las aguas con los deterioros de las intoxicaciones industriales; debilitando con las maquinarias y sus desmedidos usos el poder de vida que prodigan los suelos y los bosques y que decir de la destrucción paulatina y mortífera de la capa de ozono que nos protege de los incisivos rayos solares.
Ante la posición contrastante que emerge de la actitud economicista del hombre, primero porque sabe que la naturaleza es fuente de riqueza y segundo no planifica su explotación y acaba en un santiamen lo que es su fuente de sustento, es decir, no dosifica, es un loco que sólo percibe el presente sin importarle la proyección y la suerte de las generaciones por venir.
Si bien es cierto que en el mundo se desarrollan “avances” importantes para lograr un mejor dominio de los recursos naturales renovables y no renovables, también es cierto que estos únicamente se hacen con la visión material de generar poder económico y social para un hombre cada día más apartado de la sensibilidad natural y cultural.
Su afán se manifiesta en crear tecnologías confeccionadas para irradiar su pensamiento depredador.
Toda actitud del hombre se manifiesta como accionar cultural pero en Ovejas vivimos unas situaciones aberrantes frente a la relación hombre- naturaleza. Los arroyos, suelos, parte forestal y fauna han recibido las incidencias de la cultura de la destrucción, la intolerancia de una sociedad sin conciencia del Medio Ambiente, muy a pesar de existir suficiente literatura para llamar la atención de la necesidad de preservar nuestros recursos naturales.
En Ovejas los Planes de Desarrollo están alejados de la integratibilidad y sólo se ocupa de la parte material y de la infraestructura cementistica importándolo poco la existencia del hombre en cuanto a su espiritualidad que ante la crisis social de valores lo aparta de la cultura de la conservación y la preservación de la naturaleza como centro de vida.
Las nuevas teorías del desarrollo cultural integral y sostenible dice que el hombre debe ser el gran protagonista del desarrollo, pero sin abandonar ante lo vivo lo actuante motivándolo también a fomentar relaciones más concordantes con el entorno en donde desarrolla su vida.
En el Medio Ambiente se conjugan algunos niveles del comportamiento social del hombre especialmente aquellos referidos con su ínter – relación entre los de más hombres, de donde se determina que sí el hombre se relaciona bien con el otro esa armonía repercute también en la salud del Medio.
No solamente la preocupación del Festival se centra en su misión cultural de promocionar nuestras manifestaciones culturales expresadas en el género musical de la gaita, y dentro de ese proceso todas aquellas que hacen vida socio-histórica en el Municipio de Ovejas y ligadas estrechamente al género musical aludido, sino que hoy comparte la preocupación de otros organismos estatales por la suerte del Medio Ambiente en razón a que es el espacio donde se escenifica todo el quehacer humano.
Para pensar en un futuro que posibilite una vida digna, el hombre debe romper con el sentido de enemistad que casi siempre ha mantenido con la naturaleza. No puede seguir maltratándola, apagando el canto inocente de los pájaros; enturbiando las aguas con los deterioros de las intoxicaciones industriales; debilitando con las maquinarias y sus desmedidos usos el poder de vida que prodigan los suelos y los bosques y que decir de la destrucción paulatina y mortífera de la capa de ozono que nos protege de los incisivos rayos solares.
Ante la posición contrastante que emerge de la actitud economicista del hombre, primero porque sabe que la naturaleza es fuente de riqueza y segundo no planifica su explotación y acaba en un santiamen lo que es su fuente de sustento, es decir, no dosifica, es un loco que sólo percibe el presente sin importarle la proyección y la suerte de las generaciones por venir.
Si bien es cierto que en el mundo se desarrollan “avances” importantes para lograr un mejor dominio de los recursos naturales renovables y no renovables, también es cierto que estos únicamente se hacen con la visión material de generar poder económico y social para un hombre cada día más apartado de la sensibilidad natural y cultural.
Su afán se manifiesta en crear tecnologías confeccionadas para irradiar su pensamiento depredador.
Toda actitud del hombre se manifiesta como accionar cultural pero en Ovejas vivimos unas situaciones aberrantes frente a la relación hombre- naturaleza. Los arroyos, suelos, parte forestal y fauna han recibido las incidencias de la cultura de la destrucción, la intolerancia de una sociedad sin conciencia del Medio Ambiente, muy a pesar de existir suficiente literatura para llamar la atención de la necesidad de preservar nuestros recursos naturales.
En Ovejas los Planes de Desarrollo están alejados de la integratibilidad y sólo se ocupa de la parte material y de la infraestructura cementistica importándolo poco la existencia del hombre en cuanto a su espiritualidad que ante la crisis social de valores lo aparta de la cultura de la conservación y la preservación de la naturaleza como centro de vida.
Las nuevas teorías del desarrollo cultural integral y sostenible dice que el hombre debe ser el gran protagonista del desarrollo, pero sin abandonar ante lo vivo lo actuante motivándolo también a fomentar relaciones más concordantes con el entorno en donde desarrolla su vida.
En el Medio Ambiente se conjugan algunos niveles del comportamiento social del hombre especialmente aquellos referidos con su ínter – relación entre los de más hombres, de donde se determina que sí el hombre se relaciona bien con el otro esa armonía repercute también en la salud del Medio.
La Gaita es cactus, tunas, bleo e chupa, cera de abeja, mosca cargabarro, pluma de pato, golero, pavo; es cuero de venado, chivo, carnero, etc. ; es bejuco catabrero, es cáñamo de fique, es cuña de guasimo ; es palo de banco; es totumo cimarrón, chuira o capacho, un instrumento natural alimentada melódicamente por el canto de silvestres aves y la imaginación y creatividad natural de curtidos hombres de la tierra . Esa gran condición de la Gaita nos concita a realizar un llamado a que se respete la naturaleza como origen y fuente del sonido que alegra y ánima el espíritu de los que queremos y defendemos lo “nuestro”.
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