Saturday, March 10, 2007

RESISTENCIA A LA EVOLUCIÓN DE LAS GAITAS (2004)

(Una visión critica)
Adrián Estrada Suárez


En el camino, algunas veces nos embestimos con personas arraigadas a las costumbres y sobre todo con aquellos adultos que no en vano, consideramos y respetamos como nuestros maestros de la música de gaita, cualquier concepto emitido y profetizado por ellos, en cierta forma queda internalizado y grabado en nuestro disco duro, lo que a veces resulta arduo de borrar y el mensaje es, que no siempre todos los viejos, tienen la razón.

La motivación que me incita a esta critica, se debe a que algunos colegas gaiteros, se encuentran durmiendo en los laureles sin manifestar el mínimo interés de hacer aportes a este género musical, ni siquiera con un nuevo montaje para recrear las viejas canciones, llegando al punto que algunos interpretan de la misma manera, errores que realizaron los Gaiteros de San Jacinto en sus primeras grabaciones.

El ser humano debe evolucionar en el tiempo y meramente no se puede vivir de lo que nuestros antepasados dejaron, basado en esas raíces hay que seguir explorando, porque este mundo avanza de manera vertiginosa, por lo tanto, antes de caer en la filosofía de la resistencia al cambio, debemos hacer un pare de reflexión proyectando la mirada hacia un futuro cercano y analizar las bondades que ofrece el nuevo mundo.

Siempre debemos digerir todo lo que nos llega, la verdad como tal no existe, existen verdades, es por ello que los músicos de hoy deberíamos estar obligados a investigar y arriesgarnos a innovar sin temor a ser criticados teniendo confianza en lo que hacemos.

Muchas de la cosas que existen en la actualidad no son legitimas y son consideradas como el umbral, debido a que han sufrido transformaciones a través del tiempo y a este escenario no es ajena la música de gaitas, la cual tiene defensores que pelean como gato boca arriba, que van en contra del adelanto e inclusión de otros instrumentos es decir: son ajenos a lo que comúnmente se describe como fusión. Soy convencido de que a la música de gaitas no se perderá de nuestro panorama, existe una gran afición, tanto que las Escuelas y Universidades se están preocupando por incluirla en sus programas de formación.

La tradición no se pierde, permanece a través de los tiempos, es de resaltar que algunas personas se preocupan por investigar y dejar consignados los datos, pero también es neurálgica la baja población que se dedica a este tipo de investigaciones, debido a que en Colombia, sobre todo en la Costa Atlántica la academia se ocupa mas, por formar administradores, contadores, abogados y muy poco, a profesiones orientadas a estudiar el folclore (Fol.: popular y Lore: tradicional, es decir, saber popular, palabra inglesa ideada por J. W. Thoms) lo que se conoce, es gracias a personas inquietas que basadas en una formación humanista y social, aplican de manera muy apropiada sus conocimientos en la investigación cultural. Los interpretes de este genero, debemos estimular al conocimiento de la cultura y la historia, como lo expresa el celebre escritor Eduardo Galeano “El pueblo que ignora de donde viene, difícilmente puede llegar a averiguar a donde va”.

El hombre debe moverse de acuerdo a los cambios que el mismo va produciendo, ejemplo de ello el maestro Antonio “Toño” Fernández (cuando en 1950 funda junto a Nolasco Mejía, los hermanos José y Juan Lara y Manuel Serpa su agrupación) al impostarle la voz a la gaita ya que en el pasado ésta solo se escuchaba de forma instrumental y hoy día no podríamos deleitar temas como Zoila, Déjala que llore, Candelaria, entre otras. El maestro Toño asumió ese riesgo y daría por hecho que algunos músicos de la época le criticaron, pero después aceptaron, que el anexo era excelente y qué decir del maestro Catalino Parra con su tambor membranófono de dos parches (tambora) o de los Guaches?

Para algunos es de conocimiento que la gaita tradicional o conocida como pura, está comprendida por dos instrumentos aerófonos que son las gaitas hembra y macho; dos membranófonos, tambor hembra (tambor alegre) y macho (tambor llamador) y uno autófono en este caso la maraca. Se da su evolución adicionando a los anteriores instrumentos, el tambor de dos parches (tambora), el Guache elaborado con lámina y chuiras en su interior (el cual es una replica de los guaches o capachos utilizados en la Región Andina) complementando con la voz del maestro Toño Fernández como ya lo mencioné anteriormente. Los Gaiteros de San Jacinto posteriormente, se aventuraron a incluir clarinete, bajo eléctrico y otros instrumentos que le dieron mayor vida y color a este música que hasta nuestros días seguimos escuchando, interpretando y bailando.

Haciendo un análisis histórico de diferentes agrupaciones entre ellas los mismos Gaiteros de San Jacinto, Totó la Momposina, Son Cartagena, Paulino Salgado, Los de la Vereda y “Al Son de Gaitas” últimamente; a la fecha han ido incluyendo otros instrumentos con el fin de dar un matiz diferente a esta fastuosa música, es mas hasta hace poco Petrona Martínez en una de sus presentaciones en vivo en Bogotá, realizó algunas mezclas con un DJs, el mismo Alé Kumá incluyendo el piano de cola y el contrabajo dándole un toque clásico a los bullerengues y chalupas, tambien Son de Ovejas, que lastimosamente en su último trabajo dejaron de lado la estructura de la gaita a pesar de que esas son sus rizomas, son agrupaciones que en sus inicios interpretaron, solo música tradicional, pienso que por el interés de participar y mostrarse en los festivales como los de la Cumbia de El Banco, la Cumbiamba en Cereté, El Socorro en Cartagena, la Algarroba en Galeras y el nacional de Gaitas “Francisco Llirene” en Ovejas, los cuales deberían ir pensando en una categoría libre donde se permita la fusión y que las agrupaciones puedan desarrollar mas la creatividad; pero eso es tema de otro artículo.

Cual es el mensaje? Hay que despertar del letargo y evolucionar sin temor al fracaso, creando espacios propios con identidad de grupo, sin permitir que las gaitas-percusión en toda su estructura pierdan el liderazgo, ser productores de nuestro mismo producto sin sentarnos a esperar que vengan por nosotros, es salir, enfrentarse a los monstruos de la piratería musical, y dedicarse a la creación, arreglos y composición asumiendo el riesgo de ser blanco de los dardos envidiosos, para que de esta manera podamos revelar que las gaitas y nosotros estamos en evolución.