LA CHUANA, POESIA DEL ALMA (2004)
Por: Lic. Alfredo Taboada Álfaro
La chuana es en el camino de la vida una señal que impide que el ser humano tome rumbos equivocados y de los cuales difícilmente se retorna. La chuana nos enseña a admirar las cosas bellas, a practicar la bondad y amar de verdad.
La chuana es nuestra casa, un verdadero hogar, un cielo de felicidad para ti mismo, para tus amigos y para los amigos de tus hijos.
La chuana con su sonido embriagador inunda completamente nuestra existencia y su figura de mujer esbelta se marca cabalmente en las entrañas profundas de la cultura popular colombiana poniendo a caminar con su mítico lenguaje musical a todo un conglomerado humano y pensar como ella piensa, sentir como ella siente, actuar como ella actúa, hablar como ella habla, soñar como ella sueña y amar como ella ama.
La chuana se preocupa por todos y es sensible para los demás, se sacrifica a sí misma y es al mismo tiempo aliento y esperanza para Ovejas, Sucre y Colombia.
Chuana sinónimo de solidaridad, paciencia, mansedumbre, humildad, sinceridad y veracidad. Uno de sus objetivos cardinales es contribuir a la construcción de un nuevo país bajo los parámetros de la auténtica justicia social de un Estado Social de Derecho al servicio de las grandes mayorías nacionales y no de unos pocos privilegiados.
La chuana nos da la simplicidad de un niño y la conciencia de un adulto; nos regala la prudencia de un astronauta y el coraje de un salvavidas. Nos obsequia el idealismo de un joven y la sabiduría de un anciano.
Desde la chuana el hombre habla, es esencia y presencia. La chuana es poesía del alma que invita al hombre a ser auténtico, leal, perseverante y esperanzado.
La chuana es un corazón puro dispuesto a amar con la plenitud, la profundidad y la alegría que sólo ella sabe infundir, un corazón grande, abierto a toda palabra de inspiración y cerrado a toda mezquina ambición.
La chuana, una mujer que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor y mucho de ángel por la incansable solicitud de sus cuidados. La chuana es el diálogo que desata nudos, disipa las suspicacias, abre las puertas, soluciona conflictos, engrandece la persona, es vínculo de unidad y “madre de la fraternidad”.
La chuana te invita a levantarte, a mirar la mañana llena de luz y fuerza, a respirar la luz del amanecer y a comprender que tú eres para de la fuerza de la vida. La chuana es una palabra alegre que ilumina el día; una palabra con amor y cariño que cura y bendice, sueño, libertad, camino, movimiento, lucha, decisión y triunfo de la vida.
Es la chuana un nuevo modelo de convivencia, un encuentro vivo, dinámico, con continuidad. Un espacio permanente de responsabilidad y de la vida por parte de la sociedad civil. La chuana es la brújula que orienta la esperanza libertaria del pueblo colombiano, opuesta a todo despotismo sojuzgamiento dictarial ¡ Qué viva la chuana, embrujo de América.!
La chuana es en el camino de la vida una señal que impide que el ser humano tome rumbos equivocados y de los cuales difícilmente se retorna. La chuana nos enseña a admirar las cosas bellas, a practicar la bondad y amar de verdad.
La chuana es nuestra casa, un verdadero hogar, un cielo de felicidad para ti mismo, para tus amigos y para los amigos de tus hijos.
La chuana con su sonido embriagador inunda completamente nuestra existencia y su figura de mujer esbelta se marca cabalmente en las entrañas profundas de la cultura popular colombiana poniendo a caminar con su mítico lenguaje musical a todo un conglomerado humano y pensar como ella piensa, sentir como ella siente, actuar como ella actúa, hablar como ella habla, soñar como ella sueña y amar como ella ama.
La chuana se preocupa por todos y es sensible para los demás, se sacrifica a sí misma y es al mismo tiempo aliento y esperanza para Ovejas, Sucre y Colombia.
Chuana sinónimo de solidaridad, paciencia, mansedumbre, humildad, sinceridad y veracidad. Uno de sus objetivos cardinales es contribuir a la construcción de un nuevo país bajo los parámetros de la auténtica justicia social de un Estado Social de Derecho al servicio de las grandes mayorías nacionales y no de unos pocos privilegiados.
La chuana nos da la simplicidad de un niño y la conciencia de un adulto; nos regala la prudencia de un astronauta y el coraje de un salvavidas. Nos obsequia el idealismo de un joven y la sabiduría de un anciano.
Desde la chuana el hombre habla, es esencia y presencia. La chuana es poesía del alma que invita al hombre a ser auténtico, leal, perseverante y esperanzado.
La chuana es un corazón puro dispuesto a amar con la plenitud, la profundidad y la alegría que sólo ella sabe infundir, un corazón grande, abierto a toda palabra de inspiración y cerrado a toda mezquina ambición.
La chuana, una mujer que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor y mucho de ángel por la incansable solicitud de sus cuidados. La chuana es el diálogo que desata nudos, disipa las suspicacias, abre las puertas, soluciona conflictos, engrandece la persona, es vínculo de unidad y “madre de la fraternidad”.
La chuana te invita a levantarte, a mirar la mañana llena de luz y fuerza, a respirar la luz del amanecer y a comprender que tú eres para de la fuerza de la vida. La chuana es una palabra alegre que ilumina el día; una palabra con amor y cariño que cura y bendice, sueño, libertad, camino, movimiento, lucha, decisión y triunfo de la vida.
Es la chuana un nuevo modelo de convivencia, un encuentro vivo, dinámico, con continuidad. Un espacio permanente de responsabilidad y de la vida por parte de la sociedad civil. La chuana es la brújula que orienta la esperanza libertaria del pueblo colombiano, opuesta a todo despotismo sojuzgamiento dictarial ¡ Qué viva la chuana, embrujo de América.!
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