EDITORIAL (1998)
Vuelven, otra vez, los hacedores de portentosos sones a reunirse en la ya histórica Plaza San Francisco de Asís de Ovejas, para dejar escapar su alma por un par de bitoques y entregarnos alegría.
Vuelven a reencontrarse los tamborireros que torturan la tristeza a manotadas para sacar alegría y entregarla a un público de diversa procedencia convocado por la décima Cuarta Versión del Festival Nacional de Gaitas que este año regresa con dos bajas importantes en el seno de su organización: Hugo Oviedo Alfaro y Modesto Chávez Montes; el primero abnegado trabajador y coordinador de los comités de apoyo, siempre se caracterizó por su humildad para entregar su aporte al evento, su vocación de servicio se volvió irrenunciable, nunca se le vio cargar la cruz del desánimo a pesar de no ganar con la música, el segundo, un hombre que llevaba la vida en las manos, en los ojos, en su forma de bailar, en la animación de las parrandas y ruedas de gaita con su característico guapirreo, en la piel, en todos los átomos de su alma. Ambos se fueron al cielo, para ellos paz en la gloria y Gaita en la tierra.
Los golpes contra el Festival e los últimos años han sido contundentes, aún no habíamos terminado de llorar nuestros muertos cuando los embargos contra los pocos corotos y millonarias deudas del Festival volvieron a acongojarnos y poner en serio peligro la continuación del evento por el que luchamos desde 1985, afortunadamente el trabajo quijotezco del grupo de hombres que asumió la responsabilidad de organizar el evento en el presente año fue más grande que las dificultades económicas y el dolor moral padecido.
Hoy, cuando se inicia esta Décima Cuarta versión nos complace saber que el Festival sigue extendiendo su poder de convocatoria que se convierte en el acto de convivencia pacífica más grande de la Costa, porque la Gaita nos alegra el alma.
Así lo han entendiendo las autoridades del municipio y el departamento al igual que el ministerio de cultura de este año no solo han aportado su aval económico sino que han aportado su asesoría para sacar adelante el evento que es ejemplo de paz en Colombia.
En nombre de la junta directiva y de la Décima Cuarta Versión les damos la más cordial bienvenida a todos los participantes y asistentes.
Vuelven a reencontrarse los tamborireros que torturan la tristeza a manotadas para sacar alegría y entregarla a un público de diversa procedencia convocado por la décima Cuarta Versión del Festival Nacional de Gaitas que este año regresa con dos bajas importantes en el seno de su organización: Hugo Oviedo Alfaro y Modesto Chávez Montes; el primero abnegado trabajador y coordinador de los comités de apoyo, siempre se caracterizó por su humildad para entregar su aporte al evento, su vocación de servicio se volvió irrenunciable, nunca se le vio cargar la cruz del desánimo a pesar de no ganar con la música, el segundo, un hombre que llevaba la vida en las manos, en los ojos, en su forma de bailar, en la animación de las parrandas y ruedas de gaita con su característico guapirreo, en la piel, en todos los átomos de su alma. Ambos se fueron al cielo, para ellos paz en la gloria y Gaita en la tierra.
Los golpes contra el Festival e los últimos años han sido contundentes, aún no habíamos terminado de llorar nuestros muertos cuando los embargos contra los pocos corotos y millonarias deudas del Festival volvieron a acongojarnos y poner en serio peligro la continuación del evento por el que luchamos desde 1985, afortunadamente el trabajo quijotezco del grupo de hombres que asumió la responsabilidad de organizar el evento en el presente año fue más grande que las dificultades económicas y el dolor moral padecido.
Hoy, cuando se inicia esta Décima Cuarta versión nos complace saber que el Festival sigue extendiendo su poder de convocatoria que se convierte en el acto de convivencia pacífica más grande de la Costa, porque la Gaita nos alegra el alma.
Así lo han entendiendo las autoridades del municipio y el departamento al igual que el ministerio de cultura de este año no solo han aportado su aval económico sino que han aportado su asesoría para sacar adelante el evento que es ejemplo de paz en Colombia.
En nombre de la junta directiva y de la Décima Cuarta Versión les damos la más cordial bienvenida a todos los participantes y asistentes.
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