Thursday, July 26, 2007

GAITEROS, GAITAS EN MI PUEBLO (1999)

Hernán David Vásquez


El sentido de pertenencia hacia cualidades de un verdadero excelso perfeccionamiento en el ser humano, la sapiencia que exhala de sus notas melancólicas matizadas con el verdor de sus cantos siniestros y obstinados, hacen parte del contorno inefable de la paradigmática y noble chuana creedora de prodigiosas y axiomáticas cualidades innatas y de su finalidad pedagógico-social transmitida sublimemente a nuestra conciencia humana y desasimiladas casi totalmente por la demostrabilidad de acciones de quebrantadas actitudes desbocadas y herradas colmadas de intolerancia e inmadurez ligadas al carácter competitivo grupal y hasta personal como se ha concebido esta virtud desarrollada y adquirida, con la satisfacción de aludir a comentarios absurdos desmoralizantes y argucias de estructuras indiscriminadamente dentro de las agrupaciones con experiencias y paradójicamente en los grupos de las nuevas generaciones de gaiteros en nuestro municipio de este hecho, urge la necesidad de dar un viraje a los acontecimientos de desviar la forma equivocada e inusual y denegada a una convivencia altruista que ha de impartirse hacia los niños, adultos y ancianos. El sano y libre desarrollo de mentalidades prometedoras para un futuro venidero bajo una inalienable sociedad unilateral para ello, se de contrarrestar estructurando cabalmente dentro de las organizaciones colectivas de carácter cultural (grupos de gaitas) institucionalizados formal o informalmente que deban partir, propensar y convertirse rudimentariamente en Centros Educacionales, en herramienta de ayuda necesaria para la superación de problemas, desaciertos, infortunios y defectos en agentes promotores y generadores intensivamente del bien común, materializado en el reflejo de las buenas y sanas costumbres de cada uno de sus integrantes, enfatizadas a los conciudadanos, a los amantes del folklor y a los pequeños e incipientes gigantes gaiteros, por lo anterior, la verdadera intencionalidad que se plantea y se pretende no es la de aludir o instaurar a modelos estrictamente disciplinarios, sectarios o militares injustificados en los grupos, por lo que se podría creer para muchos, no es la intención es consolidar cualidades hacia una verdadera sociabilidad para un perfeccionamiento humano con el moldeamiento de personalidades honestas, sinceras, directas, extrovertidas identificadas con dotes de humanidad, sencillez y el respeto recíproco en cualquiera circunstancia dentro o fuera de la organización grupal sinónima de entendimiento, ejemplo de tolerancia y pacificación como se justifica y se manifiesta por parte de admiradores, seguidores enamorados, idólatras e ilustres seguidores del folklor pues como dicen los sabios versos de Sabas Méndez:

“Debemos tomar ejemplo
De instrumentos musicales
Que siempre suenan a duetos
Y van en compás iguales”

Para tal fin es prioritario focalizar e instruir hacia un cambio de mentalidad irrestrictamente de las viejas y contemporáneas generaciones de gaiteros, a la parte directriz y colaboradores que en efecto, han tomado un rumbo diferente de su posición y función social y su objetividad humana, causantes directas e inconscientes de este agudo problema con el cual se convive en estos momentos, pues no solamente en este municipio por lo que sé y conozco sino también en otras poblaciones en donde se rescata, cultiva y prevalece el folklor gaitero.

Hago un llamado para que se transformen estos hechos desagradables y degradantes coercitivamente, a todas las organizaciones de festivales, a investigadores, sociólogos, filósofos, sicólogos, etc, a que se busquen acciones encaminadas a proporcionar soluciones al problema de conciencia que existe y reina alrededor de la inerme chuana.

“Lo más terrible se aprende
Lo hermoso nos cuesta la vida”
(Silvio Rodríguez)