OVEJAS, CORAZÓN Y FLOR DEL FOLCLOR (1995)
Por: Wilson López Tovar
Cuando se habla de Ovejas, viene a la mente gaita y su festival, del mismo modo cuando se habla de gaita y folclor, es imprescindible hablar de este municipio Caribe tabacalero. En esta época vestibular del Festival Nacional de Gaitas, comenzamos los ovejeros a dar la bienvenida a todos los colombianos, para que se compenetren con la historia cultural de este municipio; historia que hemos venido escribiendo capítulo a capítulo, festival a festival, años a años, hasta tener un lugar conquistado en la conciencia artística y cultural del país. Este peso se hace sentir en uno de los eventos más queridos de los colombianos, “El Festival Nacional de Gaitas”.
Ovejas, hoy ha escalado su propia identidad folclórica y cultural, posee un riquísimo acervo de valores artísticos y culturales diseminados a largo y ancho de toda la multifacético región de los Montes de María.
Para los ovejeros, hay mil y tantas cosas innominadas que lo atan a su pueblo y le llenan el corazón de recuerdos y cariños de las patria chica, también hay otras cosas con nombre propio con historia propia con público propio entre ellas está las Ruedas de Gaitas, los Primeros Tragos, Las Primeras Puyas y los Primeros Porros y todos estos sonidos… de gaita y tambores que se escuchan con el pecho y sienten en la piel, son las emociones de esos hombres y mujeres reflejadas en sus piernas y en sus manos, vibrantes en sus cuerpos, arrancando esa angustia oscura saludable y de íntima añoranza, donde vigila el alma dulcemente salvaje de la vibrante raza que caracterizó esta región en el último siglo húmedo de notas, de tristeza y alegrías, festejos y frustraciones que tomaron voz en las melodías de las gaitas, que nos recuerdan con orgullo que somos ovejeros y que estamos aún tejiendo parte determinante de la historia cultural de Colombia.
Cuando se habla de Ovejas, viene a la mente gaita y su festival, del mismo modo cuando se habla de gaita y folclor, es imprescindible hablar de este municipio Caribe tabacalero. En esta época vestibular del Festival Nacional de Gaitas, comenzamos los ovejeros a dar la bienvenida a todos los colombianos, para que se compenetren con la historia cultural de este municipio; historia que hemos venido escribiendo capítulo a capítulo, festival a festival, años a años, hasta tener un lugar conquistado en la conciencia artística y cultural del país. Este peso se hace sentir en uno de los eventos más queridos de los colombianos, “El Festival Nacional de Gaitas”.
Ovejas, hoy ha escalado su propia identidad folclórica y cultural, posee un riquísimo acervo de valores artísticos y culturales diseminados a largo y ancho de toda la multifacético región de los Montes de María.
Para los ovejeros, hay mil y tantas cosas innominadas que lo atan a su pueblo y le llenan el corazón de recuerdos y cariños de las patria chica, también hay otras cosas con nombre propio con historia propia con público propio entre ellas está las Ruedas de Gaitas, los Primeros Tragos, Las Primeras Puyas y los Primeros Porros y todos estos sonidos… de gaita y tambores que se escuchan con el pecho y sienten en la piel, son las emociones de esos hombres y mujeres reflejadas en sus piernas y en sus manos, vibrantes en sus cuerpos, arrancando esa angustia oscura saludable y de íntima añoranza, donde vigila el alma dulcemente salvaje de la vibrante raza que caracterizó esta región en el último siglo húmedo de notas, de tristeza y alegrías, festejos y frustraciones que tomaron voz en las melodías de las gaitas, que nos recuerdan con orgullo que somos ovejeros y que estamos aún tejiendo parte determinante de la historia cultural de Colombia.
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