Thursday, July 26, 2007

EDITORIAL (1999)

Amigos, amigas, seguidores, lectores de esta Revista Promocional de la XV versión del Festival Nacional de Gaitas “Francisco Llirene” Edición: María Isabel “La Bizca” de la Rosa. Quiero comunicarles que pedí muy gentil y respetuosamente a la doctora INGRID SEVERICHE MENDOZA, me permitiera colaborarle con este sencillo y humilde editorial. Lo que más me motivó a este compromiso fue poder observar y vivir el entusiasmo contagioso de nuestros gobernantes y su asesor para dedicarles todo el apoyo moral, entusiasmo, gestión, promoción y consecución de recursos económicos para con el festival, que hermoso ver que la parte cultural llegue a nuestros mandatarios, me refiero exactamente a nuestro señor Gobernador Doctor ERIC JULIO MORRIS TABOADA, a su Asesor Cultural en el departamento de Sucre doctor JORGE MARTINEZ PATERNINA, y a nivel municipal al doctor ANTONIO GARCIA OVIEDO, es que tenía que ser ahora que se la jugaran toda, por se nuestro festival, por ser el último del milenio, por ser el quinceañero y en fin por ser el mejor en América Latina, como se atreviera a decirlo el pintor e investigador cubano Tommy Rodríguez en el XIII Foro Gaitero “La Gaita en la literatura universal”, decía Rodríguez, conocedor de todos los géneros culturales existentes en el planeta, y Ovejas en ese año convocó a 10 géneros y manifestaciones, en sus distintas modalidades: decía Rodríguez: “Diez festivales en uno, que podrían sentir los santiagueros, los habaneros si hubieran venido todos”. Que bueno señor Gobernador, por haber podido llegarle a su tierra, a sus gentes, por darle su cuna al festival me refiero a la concha acústica como patrimonio por siempre, excelente apoyo integral para que este año nuestro festival siga diciendo somos lo mejor, nuestros antepasados hoy seguirán junto con Pacho Llirene, Toño Fernández, los Hermanos Lara, Pedro Alcázar, Mañe Torregrosa, y demás poetas que convirtieron canciones gaiteras, jubilosas, con cánticos celestiales en gaitas sobá. Desde hoy Ovejas, Sucre, Colombia entera, quedan con una cuota de agradecimientos para con estos gobernantes. Si de estímulos, charretelas, sitiales se tratara para reconocer con estas generaciones y aportes del doctor JORGE MARTINEZ PATERNINA, se merecía todo, si se me permite y aceptan por un segundo el sueño de ser Presidente, lo escogería mi Ministro de Cultura, ser gobernador, lo escogería como el Gerente del Fondo Mixto de las Artes y la Cultura de Sucre, despierto, yo lo haría una realidad.

Gracias, muchísimas gracias. Doctor Morris, Doctor Jorge, Doctor Antonio.

Bienvenidos a disfrutar de la chuana de América.
Ovejas es la tierra hermosa y abierta para todos.
Disfrutemos, hagamos las paces y con gaitas hagamos PAZ, y que San Francisco de Asís derrame sobre Colombia el don de la caridad.

PORQUE SEGUIMOS SIENDO LO MEJOR (1999)

Julio Cesar González Olivera

Hoy, sin temor a equivocarme sigo sosteniendo lo que me atreví a afirmar que el Festival Nacional de Gaitas “Francisco Llirene” era, y seguirá siendo el mejor de los muchos que se realizan en el territorio patrio.

El Festival Vallenato que se lleva a cabo en Valledupar, es un señor festival, donde se expone la maestría en las notas de un acordeón, caja y guacharaca, donde se inspira el poeta en el amor, la naturaleza, los animales, los colores o el acontecer cotidiano, pero hasta aquí, al ejecutor, al vencedor al compositor se tiene en cuenta si Dios y los jurados lo acompañan para salir triunfante, de no suceder lo dicho ese concursante no se le toma ni un tinto, o vaso con agua a la Fundación “Festival Vallenato”. Así es, porque lo he vivido de cerca, lo he tertuliado con los participantes, más sin embargo el Estado Central, Departamental y Municipal se la juegan toda por el Festival Vallenato y eso esta bien, llegan el Presidente de la República de Colombia y sus Ministros de Despacho, Gerentes de Institutos del Orden Nacional, Senadores, Representantes a la Cámara, Gobernadores y alcaldes, en fin nadie se queda sin ir a Valledupar. Esto ha permitido darle un verdadero status al Vallenato, como lo dijera muy sabiamente pero lleno de nostalgia y honda preocupación el doctor Jorge Martínez Paternita, excelso a toda prueba, folclorista e investigador. Pero con lo nuestro, porque no, si tenemos en los demás departamentos de la Costa Caribe, Barranquilla, Cartagena, Campo de la Cruz, Arjona, Turbaco, San Juan de Nepomuceno, El Carmen de Bolívar, Morroa, Sincelejo, Galeras, Cereté, Puerto Escondido, Chinú y otros que en el momento se nos escapa, no han merecido el trato de parte del Estado, o de las empresas privadas o los Fondos Mixtos de Cultura. Tienen que ser por la tenacidad, el amor por lo nuestro, lo caribe, lo raizal, lo prehistórico, querer defender nuestra identidad cultural, de un puñado de hombres y mujeres que se le miden a esta gallarda responsabilidad, querer lo nuestro, es lo único que se necesita para no desfallecer y sacar adelante tan noble proyecto cultural. El Festival se salió de nuestras fronteras han llegado muchísimas delegaciones internacionales, un grupo del Festival nacional de Gaitas que estuvo en México, Dinamarca, perdimos del ir a Italia y a Cuba por falta de apoyo, aquí promovemos todas y cada una de las manifestaciones de tipo cultural, entonces, porque tan huérfanos y olvidados, esperamos un mayor apoyo de parte del Estado y los particulares, entendemos que el Festival es nuestro, es una propia identidad, ni hablar de Ovejas, tierra fértil donde se realiza, aquí y en toda nuestra subregión desde la naturaleza hasta sus hombres se distensionan, se desarman sus espíritus, para decirles a nuestros huéspedes, aquí estamos jubilosos y llenos de cariño, amor y alegría para brindar de todo lo mejor por el Festival y por Ovejas. Invitamos a todo Colombia para que nos acompañen, que sean solidarios, para seguir regando la semilla del amor y la paz en esta tierra que tanto lo necesita, así seremos más conviventes, seremos más tolerantes y formaremos a través del arte y la cultura a un nuevo colombiano. Este es y ha sido siempre el aporte de nuestro pueblo y de nuestro Festival. Este año será por siempre muy especial para nuestro Festival, primero por ser el fin del milenio que lo despedimos a través de música y de gaitas y por ser este año su quinceañero, por eso te invitamos a que vengas a gozártelo, pero también te pedimos que lo quieras, que lo apoyes, que le des voz de estímulo a sus gestores y organizadores por tan noble responsabilidad.

En estos momentos difíciles en nuestra geografía, hagamos todas las paces, para construir un clima de convivencia y paz, y que más oportuna que ver ejecutar una chuana de América para decir, es nuestra, y sí es nuestra, casémonos con ella para que nuestros ancestros y la madre tierra sigan felices y agradecidos con nosotros por haber rescatado y preservado este legado cultural de nuestros indígenas, que inventaron un elemento llamado gaita para que se convirtiera en la matriz de la música que existe en el planeta, por esto y muchas cosas que faltan por mostrar, seguiremos siendo los mejores.

EL ÚLTIMO FESTIVAL DEL MILENIO (1999)

Ingrid Severiche Mendoza

Una semana antes del primer puente de Octubre, todo un pueblo comienza a olvidar los enfrentamientos recientes, las protestas ignoradas, los retenes de miedo y el soporte una guerra de madre.

La bien construida carretera, impralosa, que hermosamente contrasta entre las entrañas de los montes frescos y verdes de María, llevando por sus curvas bien torneadas, a turistas e invitados a vivir 4 días de alborozada alegría en donde solo importan las notas del instrumento más ancestral: LA GAITA.

Con su silencio complaciente los Montes de María les dan la bienvenida, con un pueblo en el que 36 días antes sus calles algo solitarias, a su gente y a un mismo modo de pensar, sentir y proceder de toda una comunidad, como lo señala el sociólogo Segismundo Elías Ceballos: “es sencillamente la bienvenida de una parte de su cultura”, expresa.

A través de sus 15 años, celosamente el hombre empero guarda la tradición a sus gaitas –la hembra y el macho- por medio de su festival en el que expresa abiertamente la fidelidad manifiesta de un matrimonio único e inseparable, para Segismundo, “esa parte tipificada como hombre costeño, que cree simbólicamente una música a través del mensaje expresado en las notas, el ritmo, el baile, la vocalización y entonación, que lo muestra línodo, ese producto de un folclor que es natural del hombre sucreño”

En este último Festival del Milenio a todos los ovejeros nos queda la satisfacción de tener la Universidad de la Gaita en todo su esplendor, y ese es el orgullo que nos llevamos dentro y más cuando nos toca hablar de Ovejas o del Festival Nacional de Gaitas. En este quinceañero del Festival vemos los frutos de las personas que de una u otra forma han contribuido con la evolución exitosa que ha tenido el evento más singular del folklor del caribe colombiano.

Así durante 4 días, entre montes y melodías sigue notas de sabor costeño que gritan al viento: notas de toda Colombia.

UN PARENTESIS DE GAITA (1999)

Alfonso Hamburger F.

Para hablar de paz es necesario hacer la guerra al olvido y despercudir de la memoria todo ese cúmulo de valores ancestrales que a través de nuestros gaiteros han llegado nítidos, como torpedos a sol caliente, a nuestros oídos, siempre endulzados por una melodía de chuana que a pesar de la tragedia de quienes chupan su boca de miel han sido dejados solos, después de haber dado todo para la felicidad de otros, sin encontrar una compensación más fiel a su fidelidad de hombres íntegros y sin falsas posturas, que la indiferencia oficial.

Lamentablemente, tuvo que suceder lo que sucedió con los hermanos Lara y con tantos otros menos famosos que ellos, para que se iniciara esa lenta parsimoniosa defensa, por unos hombres, que a pesar de sus tragedias cenitales, han sido más felices que tantos otros que tuvieron al alcance otras cosas más asibles en la realidad.

Intentar hacer un homenaje a estos hombres inalcanzables –aún en edad- de cualquier índole, es a veces caes en las propias trampas de la desorganización gremial, estatal y hasta en los sinsabores del mal entendimiento.

El mejor homenaje a ellos (los gaiteros) se lo hicieron ellos mismos, viviendo a plenitud tantas noches inolvidables, inalcanzables, irrepetibles, en que una vela le servía para prender la otra, un día se jugaba con el siguiente y un trago empujaba el otro.

Eso, al final es lo que cuenta, el haber vivido la vida sin desparpajo, dejándose vivir, dejándose fumar, dejándose gozar, sin misterios, simple, sin la dificultad de ser sencillo.

Afortunadamente, la gaita es la paz. Y Ovejas así lo siente, como lo ha sentido San jacinto, en su reciente festival.

No sé, pero siento un goce infinito al pulsar estas teclas, tratando de complacer como el gaitero nuestro, al amigo que todavía cree en nosotros, cree en la paz, y que sabe que en el fondo, la gaita es una sola, que la región es única, que los 24 kilómetros que hay entre la última curva antes de llegar a San Jacinto y la última lomita antes de llegar a Ovejas, no nos separan sino que nos unen en este maravilloso invento ancestral de la gaita.

¡Que bueno, Ovejas otra vez rescata Octubre para su enorme festival! Y la lluvia llora un paréntesis de bienvenida. El año pasado, en Diciembre, la gaita fue invadida hasta por los picoteros. ¡Que lástima! San Jacinto y Ovejas, como ejemplo de superación contra el olvido, unidos a todos los gaiteros que bajan de la montaña a sonar sus palitos, deben de esta música tan cerca de nuestros afectos. La gaita, lo dijo Tomás Darío Gutiérrez el año pasado, en el foro, es el principio de la música y los Montes de María, deben ser con sus gentes el principio de la paz.

¡Que suenen los palitos y que hagan la guerra al olvido, para que reine la paz! El mejor ejemplo son ellos, los gaiteros, quienes sí saben que es vivir y sacarle gusto a la vida.

CULTURA Y GAITOLOGÍA (1999)

Jorge Martínez Paternita

En medio de las expectativas y turbulencia del gobierno, de la crisis económica, vientos de cambio y transformación política y una corriente de pacifistas que desean mostrar resultados de paz para los colombianos, transcurre la décima quinta versión del Festival de Gaitas de la colosal ciudad de Ovejas, esta vez en homenaje a uno de los tantos personajes alegres, fiesteros y trabajadores de este terruño, como es la ejemplarizante mujer bailadora de gaita “La Bizca De La Rosa”.

Estamos seguros que este tema de la cultura de la paz, proceso latente en el sentir de los colombianos, estará en boca de los gaitólogos, trovadores, compositores y periodistas, en este nuevo encuentro con las gaitas, que año tras año con dificultades, pero con mucha vocación y tenacidad, vienen organizando los ovejeros para brindarle a los colombianos nuestras alternativas de vivir mejor, bajo el flujo melodioso de tonadas vivificantes para el espíritu que brota en el sentimiento más puro y sincero del hombre del campo, ese hombre que siempre ha recreado sus fantasiosos sueños en el goce y disfrute de la vida y para la vida.

La gaitología en el transcurrir de estos 15 años de festivales, ha avanzado en varios tópicos concernientes a la música de Gaitas, valiosos documentos recogen facetas y elementos que se creían perdidos, rescate de personajes, perfeccionamiento de la ejecución instrumental de la gaita, escuelas musicales para todas las edades, el gran aporte a la música fusión y a la tecnomúsica. Lo anterior significa que hay un trabajo importante por resaltar y brindarle reconocimiento a todos aquellos pioneros y gestores culturales, quienes desafiando todo tipo de adversidad han logrado proyectar en el contexto universal, la cultura folclórica de gaita, y darle preponderancia e identidad al pueblo de Ovejas.

La nueva legislación de cultura y turismo, diseñada para brindar procesos participativos, un desarrollo institucional coherente de estos dos sectores, plantea la necesidad, que tanto la organización del Festival de Gaitas, como todas las seudo organizaciones del evento que existen en nuestro departamento, se integren armónicamente a las estructuras organizacionales, determinadas por estas normas jurídicas, para de esta manera trabajar criterios gerenciales, programas y proyectos que deben ser insertos en los planes de desarrollo sectoriales, los cuales son productos de los programas de gobierno.

La dinámica de los festivales tienen necesariamente que compaginarse con la dinámica cultural del entorno y con las políticas culturales que desde distintos ejes del gobierno hoy se determinan. El sistema nacional de cultura, la defensa del patrimonio cultural, la formación artística y cultural, la valoración, el fomento y el estímulo al creador, son elementos fundamentales establecidos taxativamente en la ley 397 de 197, además de los derechos fundamentales a la cultura y reconocimiento, al multiculturalismo que señaló la Constitución del 1991, son parámetros conceptuales que permiten hoy al gestor cultural, proyectar una nueva visión de su trabajo al anterior de las diferentes organizaciones existentes a las futuras que deban crearse para fortalecer nuestro proceso de identidad cultural.

El Plan de Gestión y Desarrollo para Sucre del gobierno departamental que orienta el doctor ERIC MORRIS TABOADA, trabaja en esta directriz, aspirando consolidar en sus tres años de mandato con sus políticas culturales el proceso cultural de Sucre, que no permita mostrarnos en el nuevo milenio con una imagen de gente de paz, alegres, creativos, orgullosos de lo que somos y lo que tenemos, con una cultura de valores fortalecida y un patrimonio folclórico reconocido y digno de nuestra identidad, que no proyecte en el contexto universal como una gran potencia atractiva y competitiva en el mercado turístico internacional, y finalmente con orgullo y altivez, ostentar la divinidad de ser sucreños ante todo.

MITO. CULTURA POPULAR Y FALTA DE IDENTIDAD EN LA MÚSICA DE LA COSTA ATLÁNTICA (1999)

José Ramón Mercado


El hombre es el constructor de todo mito. El hombre ha inventado el mito para relievar la luz de su hogar hoguera de Semidios, que ha sentido en su interior. Esto explica su sentimiento religioso, nacido “casi al mismo tiempo que los primeros destechos del espíritu, que hicieron de él un ser distinto y superior al animal” (1). Sorpresa temerosa, mezcla de acobardada de esperanza, misterio y aspiración que se relacionaba, con sus intereses supremos de superioridad y subsistencia.

Mito, es todo relato de los tiempos fabulosos y heroicos. Esta aseveración contiene dos aspectos importantes a todos los mitos. Uno, su carácter fabuloso, esto es, algo inventado, fabulado, es decir, que no tiene existencia real. Dos, muchos mitos no tienen carácter heroico. El mito, en otro sentido, se debió en gran parte, a la mente de los poetas épicos.

Una significación mas comprendida de mito es: “fabula, cuento o narración fantástica en la cual uno o varios dioses, semidioses o héroes divinizados, tiene un papel predominante. De no intervenir personajes de un panteón religioso, en vez de mitos se trata ya de leyendas, o de simples cuentos” (2). Los mitos son esencialmente populares y anónimos. Lo que hacen los pueblos es apoderarse de éstos. Luego, los aceptan como patrimonios, introduciéndoles modificaciones, que no son otra cosa que las alteraciones naturales que éstos sufren en el proceso de aculturación oral. Ello explica la proliferación de leyendas alrededor de los personajes míticos en la mitología griega, por ejemplo.

Quienes más han influido en la formación y evolución de los mitos han sido los poetas. Quizás por eso Platón expulsó a Homero y a los poetas de su república ideal. “Por haber dicho cosas torpes y absurdas de los dioses”.

El papel de los sacerdotes fue mínimo, casi nulo, en relación a la creación de mitos, en contra de la creación establecida por Federico Creuze. De otro modo, como género folclórico, “El mito es anterior a la constitución de los cleros”. Para construir un mito, lo que requiere un hombre, “es que un fenómeno natural extraño así mismo y cuanto más insólito y espantoso mejor, excite su imaginación al llenarle, hora de miedo, hora de curiosidad” (3). Parece que en el fondo todo esto, no sea sino una necesidad de poder explicar y resolverse así mismo, zonas oscuras de su naturaleza raciocinadota.

Es bien sabido de todos, hoy, sin embargo, que la humanidad ha empezado a dudar de la sociedad de la imaginación. Que la ciencia hirió gravemente el mito y a las religiones. Que en el decir de Carrel “La razón ha expulsado a las creencias religiosas” con el decir de Goethe “El hombre no se da cuenta nunca hasta que punto es antropomorfo”. Hesíodo, considera que los mismos dioses habían sido creados con los mismos defectos y modos de pensar semejantes al de los hombres. Para los pueblos, siempre hubo muchos dioses, y para cada dios muchos mitos. He aquí una de las razones que tuvo el hombre frente al miedo, al asombro, la admiración, el espanto y el sobrecogimiento para inventar un dios, ante lo cual, quedara gratificado su estado de asombro. Para otros poetas como Epichanmos, los dioses no eran otra cosa que los vientos, el agua, la tierra, el sol, el fuego y los astros, lo cual se asemeja a la tesis de moda de Bachelard, sobre los elementos constitutivos de la poesía. Marx Muller, en las vedas, afirma: “nomina numina” (los hombres son los dioses o hace los dioses).

“Ni la mitología griega, ni la india, son producto de un principio, según ellos, de una consecuencia lingüística, de una divinización de personajes reales… sino una poesía ingenua, espontánea, de perfecta claridad en su fuente (4). Ante el estado consciente que vive la frenética sociedad de nuestros días, resulta más difícil explicar los fenómenos míticos, que resultaron inexplicablemente para el hombre primitivo, en razón a que el concepto de mito ha ido desapareciendo como “Relato tradicional de significado religioso; como narración, de las acciones de seres sobrenaturales o explicación ficticia, en forma narrativa, del origen de los ritos religiosos, de los usos sociales o de los fenómenos naturales”.

El folklore y la música popular, son patrimonios de la cultura de cada pueblo. Estos elementos son constitutivos de su mayor fuente de riqueza, sin que por ello, sea el pueblo, en su orden, el que mejor explote estos recursos. Hablar de folklore y música popular, y tratar de buscar sus diferenciaciones específicas, por lo tanto, es un tema que no dice nada a nadie, y es más bien “el retrato fiel de una pesadilla tenebrosa e indescriptible, lo que hoy no despierta la más mínima compasión ni logra abrir en un tercio la mente obtusa de cuantos sienten, piensan y actúan como opresores, consciente o inconscientemente” (6). Aún cuando se piense de otro modo, tanto en el desarrollo del folklore, como en el de la música popular, se plantea una lucha social. “En efecto, hay una lucha social en la historia de los partidos políticos, de las instituciones religiosas, de la estratificación profesional, de las relaciones de parentesco y de los contextos culturales” (7). En otros términos, a un cambio de la relación de producción material, corresponde un cambio en la producción intelectual. Esto es, que a un cambio de ciertas relaciones de la economía, en una determinada sociedad, sucede un cambio de las expresiones folclóricas. En Colombia, no ha habido en este sentido, cambio alguno de la célula social, particularmente los medios de trabajo, pero entonces, ha habido una modificación de la estructura en la composición del lenguaje, de la escala rítmica, de las formas poética, incluyendo la metáfora y la imagen de la llamada música popular de la Costa Atlántica, desde los géneros más vernáculos como la gaita, pasando por la cumbia, el porro, hasta la propiamente llamada música vallenata. Más sin embargo, estas formas tendenciosas han desaparecido en parte, no en razón de una ganancia de la estética del lenguaje de una evolución de la metáfora, de un renovado ascenso de la imagen, ni de un mayor desarrollo de la esencia poética de la pieza. No. De ninguna manera, se puede concluir en nuestra primera premisa a favor de los porros que ahora alegran las bandas para el Festival de San Pelayo, en contra de lo que otrora, componían deliberadamente sus cultores en esta región de la Costa. Las variables podrían ser múltiples. Pero una de las falencias podría estarse dando en ocasión a la supresión de algunos instrumentos, a la inmediatez en que estas piezas son sometidas al acertado a la honda crisis económica que afrontan estas instituciones, a la desaparición de las fiestas de corralejas, de importantes centros urbanos de la región, a la falta de capacitación musical, como a la explotación comercial y falta de estímulos de los medios culturales oficiales. Por lo expresado anteriormente se puede concluir en una segunda premisa que estas sagradas instituciones de la cultura popular tienden a desplazarse, a pesar de los esfuerzos quijotescos de una iniciativa personal y regional que a cambio de su desaparición compromete seriamente la identidad y existencia de esta modalidad musical a través de la exclusividad comercial de los licores, que dopan al pueblo y lo devuelven a la comprensibilidad de estos géneros culturales que han sido patrimonios suyos.

¿Qué decir de la música folklórica de la Costa Atlántica Colombiana, es decir, la de la gaita? ¿Esa música sentida, raizambre, de todos nuestros ancestros, cantada en la poesía de Jorge Artel? –Muy someramente-, puesto que este tema podría ser tratado en otro foro o momento, deseo agregar, en criterios de George List, que, “El determinar los orígenes culturales de los diferentes elementos de una música mestiza es una extremadamente difícil, y, a veces, imposible” (3).

El rescate, la conservación, la difusión y revelación, sí que han sido empresas quimeras y de titanes. Aunque no se puede pensar todavía de manera alegre en su rescate definitivo, en su conservación genuina y en su difusión profusa y eficaz. A este aspecto, todo está por hacerse, puesto que esta modalidad había caído en el olvido, en virtud del escaso mercado comercial que el género reproduce en materia económica a partir de la hibridación o mezcla en que las cosas comerciales sin ningún respeto, ni conocimiento, habían incurrido a través de grabaciones bastardas de mal gusto y llenas de exceso y showinismos. También, por cuanto que el colombiano de clase alta y media, repudia los valores auténticos de la cultura nacional. Amén de otros injertos que siempre le restaron esteticidad a este género, digo, casi desaparecido del panorama melódico de la costa Atlántica, hasta hoy, pues ya se han hecho trece ediciones de un Festival Nacional de Gaitas en Ovejas (Sucre), otros en San Jacinto (Bol) y otros, en distintos lugares de la Costa, en la modalidad de gaita macho y hembra y de gaita corta.

Para Castillo Ferreras, la protesta no sólo se manifiesta a través de la denuncia expresa. La simple mención de un hecho cultural tradicional puede ser una forma de protesta. Así cuando el pueblo describe sus padecimientos, está protestando y no manifestando un complejo de inferioridad, como dicen algunos estudiosos. Para Castillo, no hay tal “complejo de inferioridad” en el pueblo, puesto que lo que existe de veras “es una inferioridad real” contra la cual el pueblo nada puede hacer (9). Por esto mismo, “una de las manifestaciones más puras de la opinión pública, la constituye el folklore y demás expresiones populares” (10). El folclor “sirve también para poner en evidencia la miseria, la desesperación y la importancia en que el pueblo se debate” (11). Así mismo, también se puede pensar que la causa económica –y no sólo la tradición- es también la determinante del hecho folclórico.

No es abortado, ni descubrimiento alguno, decir que el folclor de la gaitas está sembrado de amores, desamores, angustias, humor, picaresca, fiesta, alegría, pasiones, santería,, penas, pobreza, gracia, verano, primavera, machuram animales, heridas y toda suerte de estragos que van desde el guayabo hasta la muerte, y todo esto, precisamente, es lo que narra la música de los gaiteros.

Ellos en sí no son un capítulo del folclor costeño. La gaita es la matriz de toda la música de este litoral. Pues la gaita está en la génesis de todos los ritmos de nuestra música costeña. Y es al mismo tiempo, una enciclopedia de vida y de muerte, de amor y desamor, “Quien sea cantor del pueblo debe cantar opinando” (12). Uno de los aspectos más trascendentales de la música de gaitas, es que no deja reservas. A ella todo el mundo le cree sus historias, así sea una fábula, una simple canción. Lo cierto es que, en la mayor parte de sus canciones, el oyente es quien completa la historia o anécdota, con una sonrisa de aprobación por considerar que él también es protagonista de una historia igual. Es un acierto feliz cantar como lo hacía “Toño” Fernández, en un lenguaje que siente y habla todo un pueblo. El fracaso de esta música en la actualidad es precisamente, por la falta de identidad de los colombianos. Es decir, la falta de identidad nuestra, pues, a los jóvenes no los convence esta historia cargada de amores ingenuos. Les preocupa más bien las telenovelas trasnochadas que inventan los nuevos libretistas de la “novelística actual”.

Ante lo cual habría que decir como protesta para siempre que se han tirado al pueblo televidente, incluyendo a los intelectuales el prestigio de la novela y la poesía de la vida. Estos gires sencillos, evocadores llenos de pueblo, de noches mágicas, enmarcadas en el goce sencillo de una historia patria sentida, de una literatura grabada en la memoria de los pueblos, es recordada cada día dentro del mundo de la poesía picaresca de esta música ancestral. Algo que hizo exclamar a G.G.M., una vez “el acordeón ha sido siempre como la gaita nuestra, un instrumento proletario” (13). Al igual que, el poeta cartagenero Jorge Artel en “Tambores de la noche”. –expresa: “compadre Carlos Arturo, no toque más su guitarra oigamos mejor las gaitas que suenan dentro del alma”. “Toque todo ello, como una exigencia lógica ante tanta holgazanería musical de moda que inunda los canales de televisión nacional, y las radios emisoras que contaminan a diario el gusto de una juventud que no ha tenido tiempo para una adecuada formación académica, respecto a una música de gaita que es auténtica encarnación de nuestros propios orígenes, puesto que viene de culturas meso y suramericanas, desde antes de la llegada de los pueblos hispanoamericanos al continente nuestro. Mientras la música de gaitas, de un alto grado de desarrollo espiritual y cultural que ha alcanzado a transportar nuestras fronteras políticas, se define como la de mayor rango a partir de su existencia, vitalidad y trascendencia, ha quedado relegada a escucharse en los festivales, en los escenarios del Carnaval de Barranquilla y en algunos programas radiales especiales.

Momentos de nuestra historia colosal en esta misma materia. El Festival Nacional de Gaitas, que se hace todos los años en Ovejas (Sucre), ha venido al rescate de esta música raizal, y esto es ya algo probado en la praxis. Pero esto mismo es ya a su vez harina de otro costal. Es decir, otra historia que tendrán que escribir otras personas.

(1) Juan B. Verruga, Mitología Universal, Ediciones Ibéricas, Madrid 1960, T:I: Pág. 5.
(2) Ibidem, Pág. 13.
(3) Ibidem, Pág. 15.
(4) Ibidem, Pág. 23.
(5) Henry Paratt, Dic. De Sociología, E.C.E. Mex. Pág. 188.
(6) Paulo de Carvallo Neto, El Folklore de las luchas sociales.
(7) Ibidem, Pág. 11
(8) George List. Introducción a la Música Folclórica de la costa Atlántica COI. Ponencia Leída en la Universidad de Indiana. 1961. Rescatada por la revista Huellas, Barranquilla, Dic. 1989, Pág 42.
(9) Ibidem, Castillo Tarreras. Pág. 40.
(10) Ibidem, Castillo Tarreras. Pág. 41.
(11) Ibidem, Rosemberg. Pág. 46.
(12) Ibidem, Marcelino Romás. Pág. 59.
(13) G.G.M. El Universal Cartagena, 22 de Mayo de 1948. (Tomado de la revista “Huellas” – La Canción vallenata- Art. Escrito por Ariel Cantillo Mier).

LA GAITA UNIVERSAL (1999)

Rafael Hermosilla Cuello


Faltan pocos días para culminar el siglo XX, y con su final muchas profecías quedarán atrás. Sin embargo, en la población de SAN FRANCISCO DE OVEJAS, seguirán sonando las gaitas, con el fin de evocar el estímulo de nuevos valores humanos y culturales para afianzar y rescatar en la comunidad la convivencia pacífica, la tolerancia, la fe, la esperanza, el amor por la alegría y el respeto por la vida. Con lo anterior se busca mantener una de las manifestaciones más representativas de la cultura popular: EL GÉNERO MUSICAL GAITA.

El paso a un nuevo milenio permitirá que ese instrumento musical de origen humilde, fabricado con materia extraída de nuestra madre naturaleza y celosamente diseñado por nuestros antepasados aborígenes recorra el mundo entero, y llegue hasta las universidades; porque la gaita como legado musical nuestro, tendrá la oportunidad de navegar en la revolución del INTERNET y además llegará a nuestros planetas, como viajera en las naves espaciales, que hagan exploraciones más allá de la capa atmosférica.

Cuando Julio Verne imaginó un viaje al centro de la tierra, habló sobre el rayo láser y otros temas de su época, muchos creyeron que estaba loco, que sólo eran temas relacionados con la ciencia ficción. Pero cuando esto se hizo realidad sus imaginaciones fueron de gran importancia para el desarrollo de la humanidad.

Así pasará con la música de gaita cuando esta generación haya desaparecido, y el nuevo siglo, entregue de generación en generación la frase célebre del legendario y mítico PACHO LLIRENE: “Un par de gaitas y un traguito de ron son suficientes compadre, para llenar al mundo de alegría”.

LA MUJER EN EL HOY RUMBO AL MAÑANA (1999)

Pbro Álvaro Alfonso Devia


En el marco de nuestra actual sociedad, tensionada y probada por los conflictos del siglo que entra ya en la recta final, vale la pena hacer relación de la persona sublime y digna de la mujer, pero como ella dignifica y sublimiza el mismo amanecer de la humanidad, tendremos que dar una mirada retrospectiva para poder obtener una semblanza íntegra. Válido es entonces hilar el ayer, el hoy y el mañana de la mujer, en el antiguo testamento (antes de Cristo). Los libros del Éxodo y el Génesis nos ofrecen el nombre de dos mujeres -Miriam, la hermana de Moisés, la mujer activa en la liberación de su pueblo (Éxodo 15).

Desafortunadamente la mujer emerge en el A.T. según la cultura de aquel tiempo, despojada de derechos y en un nivel inferior al hombre, relegada únicamente al hogar y de espaldas a la sociedad, mujeres como Sara, Raquel y otras engalanan la historia del pueblo de Dios como ejemplo de la mujer “hacendosa, fiel a sus compromisos y deberes”. Con todo esto la mujer no tenía influencia alguna en la suerte de la sociedad y como dice Jhon Machensy “antes que las leyes sean arrojadas a la hoguera, antes que la mujer llegue a las leyes”.

En nuestros días, se alimentan corrientes de pensamiento que pretenden reducir la naturaleza, la dignidad y la misión misma de la mujer para ello se pospone a la mujer en sus derechos, dignidad y se asignan solo espacios secundarios como es el campo de la cultura y en el manejo de la política, el resultado es obvio, una pobre presencia de la mujer allí donde se construye y decide la suerte de la sociedad.

En el contexto de la sociedad consumista, amiga de cosificar la persona se pretende desconocer a la mujer su específica dimensión femenina, se vulnera su dignidad de persona y aún más se le convierte en objeto de placer y tristemente en ocasiones algunas se le reduce a mercancía de compra-venta, callejera, se le estimula en su noble vocación de compañera del hombre pero luego se le ataja en el camino de la maternidad con programa donde ella queda sola con la responsabilidad de los hijos mientras el varón es liberado de la responsabilidad de la asistencia de la prole.

A esta injusta situación se le agrega la enorme carga de la violencia familiar y conyugal a la que es sometida con frecuencia y silenciosamente la mujer despojada de sus legítimos derechos, cosificada muchas veces y marginada queda de la grandeza de la mujer una caricatura pobre.

El pecado de Colombia frente a la mujer, no consiste en este instante crítico, en que todos propiciemos la desigualdad y la injusticia contra la mujer, sino en que todos soportemos silenciosamente una sociedad injusta que atropella a la mujer por ser mujer y por ser pobre.

En estas últimas décadas, se ha duplicado el número de organizaciones de mujeres, por la defensa de los derechos de la mujer y su defensa pero los niveles de violencia que sufre la mujer no disminuye. A veces las mujeres son en sus cuerpos como botín de guerra.

En buena hora como una poderosa luz de esperanza surge una conciencia nueva desde la iglesia y desde la sociedad sobre la igualdad y valor tanto del hombre como de la mujer.

El vía crucis social de la mujer desemboca en la resurrección sólo si en Colombia asumimos con decisión y lealtad la verdadera vocación y misión de la mujer se podrá garantizar una sociedad del mañana más equilibrada.

La vocación fundamental es la de ser persona, en igualdad de derechos y deberes con el hombre, nacida como el varón; del amor de Dios es su imagen viviente. La primera conquista de la mujer son sus derechos humanos porque la realidad fundamental es que es persona, una de las formas de ser persona es ser mujer. Esta especificación de ser mujer no se puede desconocer, Jesucristo en la Cruz resalta la dignidad de la mujer como persona humana cuando le dijo a María “mujer he ahí a tu hijo” gracias a la expefica de la mujer ella se torna tierna y disponible para el sacrificio y, se olvida de si misma para gastarse y desgastarse por sus hijos, se hace humanitaria y fraterna.

En una sociedad como la nuestra herida por el odio y la violencia ella siembra semillas de bondad y de persona.

El desarrollo de la personalidad femenina reclama el compromiso a favor de la vida y derechos de la mujer.

En este nuevo milenio que ya colombianos a la luz de las esperanzas promisorias de la divina providencia y en comunión espiritual y cultural con el próximo festival de gaitas en sus tres lustros caminemos unidos con valentía y optimismo.

LA CULTURA COMO GARANTÍA DEL PORVENIR DEL HOMBRE (1999)

Alfredo Ricardo Guerrero


La cultura es un sistema de comunicación primigenio que juega el papel del intercomunicador entre personas y entre pueblos mas como un medio de expresarse espiritualmente.

Desde el mismo instante en que el hombre empezó a actuar sobre la naturaleza, para transformarla y lograr su bienestar, desde ese momento comenzó a crear cultura.

La cultura incluye los medios o herramientas que el hombre interpone entre sí y la naturaleza, también los símbolos y las estructuras sociales, con que cuenta una sociedad determinada.

La cultura es todo lo que el hombre construye a diario; nuestro comportamiento espontáneo. La cultura es el pensamiento, sentimiento, expresión, memoria y deber de un pueblo.

La cultura es un canto del alma. Es limpia, libre, autentica, nace de un arroyo, una caricia, un árbol, un pensamiento. En ella la inocencia y la picardía coquetean sin cesar, se junta, se separan, se combinan o caminan aisladas pero expresan siempre el más íntimo sentir del hombre.

La cultura de un pueblo o nación hace referencia al sistema que aglutina y le da significado a la lengua, la historia, las costumbres, la organización social, el estilo de vida comunitario y familiar, la tierra y la biodiversidad.

La cultura cumple con un quehacer cotidiano, relacionado con los diferentes procesos históricos y sociales; vista así la cultura, en estos términos, es un producto del hombre que está sujeto a los cambios, transformaciones, evaluación, reproducción y la muerte misma. La cultura no puede anquilosarse, no cumpliría su proceso dialéctico como todo hecho social.

La democracia es algo que debemos repensar. El primer acto democrático es hacerlo en conjunto, pero que está sujeto a nuevas fijaciones de reglas y a la necesidad de entender el Estado de otra manera.

Nuestra identidad latinoamericana está lacerada por heridas que todavía duelen. Recuperar nuestra identidad como hombres y mujeres es nuestro reto y se trata de hacerlo en las difíciles condiciones del campo, en la situación casi caótica de la ciudad posmoderna, donde el cemento y las altas torres de concreto sepultan la pasión, y casi ahogan el proyecto humano; la ciudad y la tecnología entierran nuestros rasgos de identidad. Es preciso contar con toda esa historia popular que dieron sentido a nuestra esencia.

La cultura es el motor que mueve el desarrollo económico, político, social y cultural de los pueblos sobre la faz de la tierra; el desarrollo debe estar centrado en el hombre y no en las cosas u objetos materiales. ¿De que sirven que se construyan calles, avenidas, grandes carreteras, metros y obras suntuosas, que las multinacionales y los monopolios financieros acrecienten fabulosas ganancias, mientras que por el contrario, aumentan la miseria, la pobreza, crecen los índices de desempleo, analfabetismo y los de abajo no tienen acceso a los más elementales servicios públicos, las riquezas se concentran en pocas manos y los pobres son cada vez más pobres?

Es necesario redescubrir nuestras raíces latinoamericanas, dejando a un lado los escritos manipulados por hombres y extranjeros que tergiversaron y desvirtuaron las luchas sociales, políticas, morales y espirituales de nuestras mujeres y hombres.

Es urgente e imprescindible mirar nuestras raíces desde hombres y mujeres, nuestras raíces confusas, mezcla de muchos pueblos y conductas, como dijera Martí: “Éramos una visión, con el pecho de atleta, las manos de petimetre y la frente de niño. Éramos una máscara con los calzones de Inglaterra, el chaleco Parisiense, el chaquetón de Norte América y la montera de España. El indio mudo, nos daba vuelta alrededor y se iba al monte a bautizar a sus hijos. El negro cantaba en la noche la música de su corazón, solo y desconocido entre las olas y las fieras. El campesino, el creador, se resolvía ciego de indignación, contra la ciudad desdeñosa, contra la criatura”.

Los hombres y mujeres que tenemos la conciencia de recuperar nuestra historia, para vivir en vigilia el más preciado sueño; el de poseer una sociedad donde hombres y mujeres vivamos en armonía con la naturaleza, con la tierra, con el cielo recuperando la dimensión de la solidaridad, del respeto, del amor, y de la cooperación para vivir y no para sobrevivir, estamos ante un gran desafío.

Ante eso y las puertas de ingresar al siglo XXI, se hace necesario que la humanidad reflexione y adopte medidas urgentes para lograr un nuevo orden económico, ecológico, social y cultural para que la economía y la tecnología estén realmente al servicio de las mayorías y no de las minorías como está ocurriendo hoy con el proceso de la globalización.

Está demostrado que un pueblo que vive de espalda a la cultura pierde su fundamento, los valores supremos se vuelven necesariamente contra el hombre, porque el interés por la cultura es ante todo un interés por el hombre y por el sentido de su existencia. El Papa Juan Pablo II, con suma certeza, sostiene que el provenir del hombre depende de la cultura, ella es el bien común de cada pueblo; la presión de su dignidad, libertad y creatividad; el testimonio de su camino histórico, no se puede avanzar sin la promoción de una cultura, que tienda al desarrollo completo del hombre, y con una dirigencia que la impulse y la desprecie llevándola al grado de miseria y de eterna cenicienta. En Colombia, ocurre que a la cultura no se le quiere invertir nada pero esperamos tener el mejor país o planeta, y a la guerra le invertimos todo y queremos tener una nación en paz. ¡Qué hipocresía y descaro señores gobernantes!.

Lo económico, político y social, está cada día más vinculado con los avances culturales determinados por los progresos científicos, tecnológicos y artísticos. Tal como lo plantea UNESCO, el “desarrollo encuentra su fundamento y finalidad en la cultura y no solamente en el crecimiento económico”.

Asistimos a lo que algunos denominan una “crisis de civilización”, en pleno final del siglo XX. Sin embargo, la humanidad rumbo al tercer milenio tiene cada vez mayor conciencia de la unidad de un mundo que la vincula a un destino común. Vivimos tiempos convulsivos, de cambio y transición. Están en crisis todos los sistemas hasta ahora existentes y la sociedad busca refundar sus ideales.
La nueva cultura, que pugna por abrirse camino en el mundo contra las formas opresivas y autoritarias de todos los signos, se basa en la Conciencia, la Ciencia y el Humanismo. Reivindica como objetivos de la sociedad y del Estado la libertad individual y el desarrollo de la personalidad humana. Considera como obligación de todo poder público el respeto y la protección de la dignidad humana.

El centro de todo desarrollo debe ser humano. Lo que mueve al ser humano son las utopías, que no caben en el estrecho marco que reduce las relaciones sociales a la esfera económica. Decía Álvaro Fayad: “Si el mundo que vamos a construir no nos da una sociedad alegre, vital, con respeto a la persona y a la diversidad, hemos fracasado”.

SUENAN LAS GAITAS (1999)

(Merengue Gaitero)

Sarah Teresa mi niña linda te quiero mucho “un besito”

Juan Severiche Vergara

I
Estamos en plena fiesta
Fiesta de gaitas
Gaitas de Ovejas
Esperamos
estén contentos
Amigos todos
Para bien nuestro

-Coro-
Suenan
Suenan las Gaitas
Que todos gocen
Que todos bailen
En el alma
No hay amargura
Y la vida
Sentiría amable –bis-


II
A propios
Y los extraños
Por la folia
Muy dominados
Este es Ovejas
Muy generoso
Ha de tenerlos alborozados

-Coro-
Suenan …


III
Al golpe de los tambores
Gaitas y guaches
Forman el ritmo
Que fiesta enorme
Por eso Ovejas
Yo no te olvido

JUAN JOSÉ LARA EL PENSADOR Y EL GUERRERO DE LA GAITA (1999)

Numas Armando Gil
Director Instituto de Filosofía
Universidad del Atlántico


Antonio “Toño” Fernández, en una conversación rutinaria que tuvimos en Bogotá, en el año 1978, me decía que él “tocaba y componía canciones bonitas, era para alegrar a la materia humana cuando estaba triste”. Y esto lo han venido haciendo todos estos gaiteros desde su juventud. Por ejemplo: Juan y José Lara, después de su faena de trabajo en el cultivo de la tierra, en su pequeña finca ubicada en las faldas del cerro de Maco, en los Montes de María La Alta, se ponía a tocar con pitongos de papayos y tártaras viejas, todas sus canciones que más tarde se convirtieron en éxito. Del pitongo pasaron a la gaita y a la tambora. Es por eso, que la metamorfosis de los materiales que componen un instrumento capaz de producir sonidos muy hermosos, no deja de ser maravillosa. Quiero decir, maravillosa es la mera intención de producir (poiein) semejante instrumento; idea que le vino a la cabeza a un hombre que era a la vez artista (Poietés) y operario (Poietés). Porque esta acción presupone en el autor una conciencia, un sentimiento seguro de que el mundo físico es hospitalario para la creación humana de sonoridades sublimes, y no sólo de voces y ruidos.

Tocar la gaita, el violín implica un adiestramiento (metamorfosis) de los dedos, que también son materia y no estaban destinados primitivamente a esos peculiares movimientos que ejecutan sobre los orificios, o sobre las cuerdas y con el arco. Y el lenguaje primitivo, que ya era verbo definitivamente, requería también un riguroso adiestramiento en el modo común de decir. La lengua de la primera poesía es ya una lengua educada. Y ese adiestramiento era el que hacía Juan Lara desde su juventud, aunque rústicamente y el de meter las manos en piedras calientes para darles más agilidad a los dedos, según el dictamen del bulgo. O antes de una presentación se metían a un baño y hacían quemar una montañita de periódicos, para pasar sus tiernas manos callosas por la candela, y así buscar agilidad y matar la artritis por minutos, para alegrar al mundo.

Esos ejercicios continuos, le fueron paralizando primero las manos y luego el resto de las coyunturas del cuerpo. El dolor era tan intenso, tan insoportable hasta tal punto que no aceptaba visitas de nadie distintos a la de su hermano José en los últimos tres años de su vida.

Juan Lara era el más viejo de la tribu que llevó Zapata Olivella a Europa y Asia. Como su etnia Arawath, era un ser callado, observador, un indio faroto malicioso, un pensador.

Antes de encerrarse a rumiar su miseria, su desgracia y abandono, se fue al patio de su infancia, y como estaba tan enfermo, se dirigió a los árboles del patio, al ciruelo, al guayabo, al mamón, al de grosellas y anones y abrazándolos uno por uno, se despidió de ellos llorando y agradeciéndoles los frutos que la habían dado. Juan Lara era un analfabeto total. Pero un pensador popular, que se despedía de la vida que esos árboles eran, y que no compartiría más, y lloraba abrazados a ellos porque intuía que no volvería a verlos.

Juan Lara era un hombre con un sentimiento religioso muy grande; es ese sentimiento de la religiosidad que tiene el indio frente a la vida, frente a la naturaleza.

En el tren que iba de Bladivostock a China, a Pekín más exactamente, el recorrido duraba seis días con sus noches. Metidos en estos vagones, mirando pasar y pasar y pasar, veíamos arenas y arenas, de vez en cuando un oasis con sus palmeras y una estación perdida en ese desierto de Govi. Cuando llegaron al sexto día, en víspera de la llegada a Pekín, los muchachos de la tribu de Zapata Olivella se pusieron muy contentos, festejaron la llegada, bailando, tocando acordeón, marimba, flautas. Entonces Zapata encontró con que Juan estaba solo, disgregado del grupo, mirando tristemente por la ventana del tren a ese desierto, interminable; se le acercó y le dijo: Juancho vente, estamos celebrando, ya vamos a llegar a Pekín, para que tú también toques tu gaita. Entonces, le respondió casi llorando: No docto, yo no puedo tocar.

¿Y porqué no puedes tocar? Porque si Usted supiera lo que yo estoy pensando.

¿Y que es lo que estás pensando?

Mire docto, nosotros andamos por acá lejos de los nuestros, estamos pasando estas tierras, sin gentes, sin caminos, sin nada; estoy pensando docto, que qué va a ser de mí el día que yo me muera y venga a recoger mis pasos por estas tierras; yo solo, docto, me voy a perder.

En la última casa del pueblo y más exactamente, por la salida de la finca “Laberinto”, el 24 de febrero de 1986 murió el mejor gaita hembra, según los sabios en esta materia; Juan Lara. Sobrevivía en un rancho de palma, solo y triste como los grandes. En esta casa, en su rancho con techo de palma a punto de caerse, tenía un cuarto al costado. Allí en un catre raído y a merced de los animales ponzoñosos que traía el monte, sobrevivió el maestro Juan Lara sus últimos días. Un mes antes de su muerte; su hermano José Lara, encargado de atenderlo, de bañarlo y asearlo, lo encontró con una cabuya amarrada al cuello, mirándolo fijamente, con esa mirada donde los poetas no han podido descifrar el misterio de la muerte. No se ahorcó porque las fuerzas no le alcanzaron para amarrar bien la soga.

- Que haces- le dijo José. ¡Tú estás loco!

-Quiero matar esta “maldita artritis” que me ha impedido tocar mi gaita- le replicó con llanto en su cara.

-Cálmate Juancho, que El pensador lo ejecutan muy bien la pelaera aquí en el pueblo.

José Lara, el guerrero de la gaita, José Lara pertenecía a la misma etnia, tenía la misma tradición, pero era más vivo, era más malicioso, era dueño de la malicia indígena farota. José Lara quedó solo y por instante la nostalgia casi acaban con él. Pero el guerrero de la luz alumbró el camino nuevamente y “mi pueblo envidioso de notas triste volvió a la gaita, y los corpiños de rosa, salaron todos sobre su falda”.

El viejo gaitero, el solitario del camino en un arranque de soberbia sacó las gaitas del techo de su casa, desempolvó los tambores de los rincones olvidados y en compañía de sus hijos, tomó el bus de Brasilia y arrancó con su nueva aventura, el Ulisis de la gaita en busca de Itaca. Y fue entonces, cuando los organizadores del V Festival de Música del Caribe, lo llamaron con méritos sobrados: el “maestro de maestros”. Esa noche el gran José, ejecutó uno por uno, todos los instrumentos del conjunto demostrando que “la cumbia no es negra, es morena, como son todas las de mi tierra”. José Lara demostró que la gaita es el signo de lo que queda de nuestros ancestros, el dulce regocijo del nombrarte, de sentirte como la única piel por la cual el tiempo pasa añoso y material. El gesto, el vaho de los recuerdos, los anaqueles de la brisa, el registro del fuego cuando era necesario el sacrificio y la mano lamía del tambor el cuero en señal de entrega a los dioses tutelares. José Lara demostró que de gaita está llena la vida.

Recuerdo que a sus 8 años, lo veía caminando por las calles de San Jacinto buscando plumas de pato macho para las gaitas, que las aprendió a tocar junto con su hermano Juan, que su tío Federico dominaba con propiedad y de su tía Franca Díaz, bailadora en las ruedas de gaita. De aquí recogieron los hermanos Lara, la vocación en el arte con el que se defendieron toda la vida.

José, sabía tocar todos los instrumentos. Zapata Olivella al iniciar la gira por Europa le recomendó a José Lara que tocara su tambor alegre. Era la ironía de la gaita, un instrumento negroide encontró en un descendiente Arawath su complemento perfecto. “Ese indio de manos chiquitas, sí sabe que es tener un tambor en sus manos”, le dijeron en la plaza de Bolívar, una tarde gris día de Bogotá, en el año 75.

José Lara montó un taller, una especie de media agua anexa a un dormitorio y a una pequeña antesala de la casa principal. Le enseñó a sus retoños el arte de fabricar los instrumentos del conjunto de gaita. En el piso, regados a todo lo largo y ancho del taller se observan troncos en potencia, para convertirse en acto. Ceibas y campanos esperando la mano del artista, dispuestos a convertirlos en tambores (llamador, alegres y tambores) en el techo de palma se ven clavadas media docena de gaitas ya terminadas, esperando compradores. Y en medio del desorden una cantidad de abejas montunas produciendo la cera. También plumas de pato macho y pieles de venado resecándose al sol. El tallador de melodías le da los últimos retoques al futuro de la gaita que acaba de terminar.

José de la Encarnación Díaz Lara, era sordo como Beethoven. Sufrió mucho cuando se perdió en el Bullevar de Saint German de Pres en París. La gente le hablaba, pero él no entendía, ni escuchaba. Lo único que alcanzaba hacer, era tocar con una dulzaina ya verá, ya verá. Interrumpía su ejecución y decía en voz alta, que era de San Jacinto. Alguna vez José Ramón Mercado, poeta y rector del INEM de Cartagena, le consiguió un trabajo para que realizara un taller de percusión a los muchachos. Al salir de su casa y casi llegando a la carretera que de San Jacinto, conduce a Cartagena, en la bomba mas exactamente, vio que un pollino le daba una retreta a una pollina, pero el clarinete del pollino no le entraba a la hembra, se le deslizaba de un lado, también fallaba por le otro, y José embebido en la Égloga Tropical. Al mismo instante una señora se le acercó preguntándole: José, ¿el bus que va pa’ Cartagena ya pasó? Y él le contestó: De que la clava, la clava, José Lara murió de viejo acompañado de su familia y amigos.

Juancho y José: ¿Por qué no nos tocan un son?

Numas Armando Gil Olivera, intervención en el foro realizado en Ovejas Sucre en el XV Festival Nacional de Gaitas, Octubre 18 de 1999.

LA BIZCA UN MITO HACIA UN NUEVO MILENIO (1999)

Wilson López Tovar


Uno de los grandes motivos para sentirse orgullosos los Ovejeros y sucreños, a través de los años del presente siglo ha sido su célebre y famoso FESTIVAL NACIONAL DE GAITAS en homenaje al desaparecido tamborilero FRANCISCO LLIRENE.

Gaiteros, tamborileros y decimeros, repentistas desfilan constantemente por los caminos de la tradición sucreña, a ellos se unieron en amalgama natural los compositores de cumbia, gaitas, porros y merengues, gentes sencillas y sensibles que descifraron el golpe del machete y el canto de los pájaros de los Montes de María y el murmullo de las brisas correteando al atardecer crearon hermosas melodías que han recorrido los caminos y veredas del departamento de Sucre, desencadenando a través de los tiempos el estallido de los sentimientos de mujeres y hombres que poco a poco se convirtieron en bailadores de gaita como una forma de traducir ese lenguaje musical en armonía espiritual y corporal. Dentro de todas esa pléyades de buscadores anónimos de nuestras raíces, surge el 08 de octubre de 1.903 María Isabel De la Rosa Hernández, conocida después y para siempre como LA BIZCA, la apodaron la bizca porque perdió el ojo izquierdo cuando estaba niña, María Isabel de la Rosa, de origen campesino, sencilla y elemental como las aguas de los arroyos tendal, Doña Matía, Pichilín y Corozo. Su infancia transcurrió en un ambiente rural en contacto directo con la música de gaita. La Bizca comenzó a bailar desde muy temprana edad (10 años), era ella quien organizaba las fiestas con sus bailes cantaos y los fandangos al son de gaitas y tambores en conjunto con un grupo de mujeres ya fallecidas como Eloisa Bohórquez, Sofía Rojas, María de los Reyes, Elena Bohórquez, entre otras mujeres que su recuerdo se pierde en las montañas de los Montes de María entre campanillas, serpientes y el legendario y nostálgico pájaro mochuelo.

María Isabel bailaba hasta el amanecer, sin descanso en la mayoría de los pueblos sucreños y bolivarenses y sólo lo hacía porque nació para bailar gaitas. A todos los hombres y mujeres desafiaba y no hubo uno solo que aguantara su empuje para bailar o descifrar sus pasos a pie sobao de bailadora infinita. La Bizca le deja a la nueva generación su conocimiento adquirido a través de la vida como son los bailes, fandangos, gaitas, porros y otros aires costeños.

María Isabel en sus cortas palabras producto de su senectud declaró “que lo que más le duele es no dejar un hijo porque Dios no se lo quiso dar para bien o para mal, así mismo comentó que se siente orgullosa y le daba las gracias a Dios y a San Francisco De Asís por darle la oportunidad de vivir tantos años y ver cumplir uno de sus más grandes deseos como es la realización del FESTIVAL NACIONAL DE GAITAS que se ha consolidado durante 15 años con proyección internacional.

LA CULTURA DE LA GAITA, FLORECIMIENTO DE LA VIDA (1999)

Alfredo Taboada Alfaro


La gaita, es un canto para el florecimiento de la vida, donde lo soñado oculta claramente lo vivido y la arquitectura mental, reconstruida en el interior del pueblo, se elabora con un conocimiento luminoso, sin mancha de experiencia.

La cultura de la gaita es un árbol que une sus raíces en nuestra historia para extraer de la memoria, colectiva de nuestra gente, la sabia maravillosa que nos nutre y nos hace retoñar de nuevo.

La cultura de la gaita es una invitación a recuperar la memoria colectiva, la moral, la dignidad y el raigambre popular de la espiritualidad innata que alimenta y guía las luchas de los marginados y oprimidos del país por la conquista de una auténtica justicia social.

La cultura de la gaita hace referencia al sistema que aglutina y le da significancia a la lengua, la historia, las costumbres, los símbolos, la organización social, el estilo de vida comunitario y familiar, la tierra y la biodiversidad.

Esta estructura , en constante dinámica, está cada vez más expuesta a diferentes influencias internas y externas, como consecuencia de los procesos de “modernización” y “globalización”, lo que ocasionan que los individuos sientan debilitados sus lazos de pertenencia a la comunidad y por lo mismo que se generen una falta de identidad con ella. La capacidad de respuesta de la sociedad frente a tal situación depende del grado de autonomía, tanto individual como social, en la cual las comunidades puedan participar en la construcción de los compromisos colectivos.

La cultura nos permite continuar trabajando con flexibilidad inteligente y con seriedad de propósitos, si queremos reconstruir nuestras instituciones, nuestras vidas y nuestra relación con la naturaleza. Es evidente que, para poder dar contenido a las instituciones en peligro y aliento a las vidas afectadas, tendremos que descartar algunas cosas y rehacer otras, según nuestra renovada fusión de horizontes. Este proceso de cambio no es nada nuevo en la historia de la humanidad, aunque pueda resultar doloroso, como ocurrió con Sísifo, sólo que actualmente ya no estaríamos bajo la maldición eterna del hacer y deshacer de aquel personaje mitológico. Parece que aún podemos sobrevivir como humanos y controlar los desastres de autodestruirnos.

A medida que aparecen nuevos horizontes en el futuro cercano y dentro del espacio-tiempo transformativo, surgen otras esperanzas y otras posibilidades. Es probable que nuestra era siga dándonos algún espacio adicional, y algún tiempo recuperado para que nuestro conocimiento convergente, adquiera sentido y nos salve así de la anomia, de mayor estrés y frustración.

Aprovechemos el dinámico margen histórico de la esperanza. Marchemos ahora con mayor decisión para seguir sembrando, en todas partes, algunas de las buenas semillas de reconstrucción social que fueron sembradas en nosotros por las generaciones que nos han antecedido. La cultura de la gaita, es una acción viva, que nos permite trabajar para fortalecer la construcción de la identidad y la unidad regional, partiendo de las diversidades locales y para ello se requiere la construcción de un nuevo pensamiento democrático y popular que acumule el entendimiento y la voluntad necesarios para asumir los compromisos de cambio.

También la gaita, resalta la importancia de la comunidad en la vida social, la propiedad colectiva, el conocimiento ancestral de la naturaleza, el respeto por el medio ambiente y las costumbres, entre otros, son elementos de una misma cultura que nos enriquece por su variedad y nos muestran el camino hacia otros mundos.

La gaita, es un sistema de comunicación primigenio que juega el papel de intercomunicador entre personas y otros pueblos, más como un medio de expresarse espiritualmente.

Modesto Chávez Montes, mítico y legendario personaje de la región Montes de María, ocupa en destacado lugar en el campo de la cultura popular colombiana, como uno de los más curtidos luchadores por la defensa incondicional de nuestra identidad cultural. Modesto abnegado y experimentado trabajador cultural, fue uno de los titanes como Socio Fundador del Festival Nacional de Gaitas, que actualmente realiza en Ovejas, Sucre, República de Colombia. Se atrevió con mucha entrega, responsabilidad, humildad y berraquera a iniciar al lado de otros hidalgos y caballeros como Antonio Cabrera Fontalvo, José Álvarez Ortega, Alejandro Pineda, Jaime Vides, Domingo Rodríguez Zúñiga, Amalfi Vásquez, Antonio Oviedo Héctor García Lambraño, Arnuldo Rodríguez Amaya, Jorge Cadena Palencia y muchos otros, el proceso que permitió el nuevo renacer de la GAITA con la celebración del festival más autóctono de Colombia: El Festival Nacional de Gaitas “Francisco Llirene”, a través del cual Ovejas, pueblo legendario y batallador, vuelve nuevamente a tener una segunda oportunidad sobre la tierra.

El desarrollo de una cultura de paz, es decir, de una cultura de convivencia pacífica, basada en los principios de libertad y democracia, de desarrollo económico y duradero, de equilibrio social, de solidaridad y de respeto a los derechos humanos, es hoy, más urgente que nunca.

No basta que los ciudadanos accedan a la cultura, como se plantea en la Constitución Política de 1991, es incompleto. Es esencial que la gente tenga el derecho a crear cultura, hacer creadores, y no sólo a acceder a los productos de la cultura.

Es tarea primordial despertar e incentivar la memoria dormida y ancestral de nuestros pueblos y ciudades. Propiciar de nuestros pueblos y ciudades. Propiciar un proyecto coherente a nivel cultural. Capacitarse frente a las nuevas narrativas y a los nuevos lenguajes que surgen en vísperas de nuevo siglo y un escenario apropiado para ello es la cultura de la gaita como expresión máxima, que permite otra vez el florecimiento de la vida.

LA IRREAL DOÑA MATÍAS GONZÁLEZ DE BARLANOVA Y GALÁPAGO (1999)

Manuel Huertas Vergara


Produce misterio y fascinamiento la imagen lejana en el tiempo de mujeres de leyenda como doña Micaela de Lanz y Rocha y como la “emputada” Doña María Isabel de Madarriaga de Fernández y Garandilla llamada cariñosamente “La Marquesita” del San Jorge, que para acrecentar su hacienda, pateaba un binde y salía una vaca negra berreando por los playones, ambas dueñas que fueron del hato mayor de San Marcos del Carate. Igual, la casi maga doña Rita de Liñan, “La Marquesita de la Sierpe que conocía el secreto de la vida y de la muerte a quien García Márquez, eternizó en su primer cuento oído en su padre sinciano Don Eligio, matrona que resultó ser la misma “Mamá Grande” de Sucre, Sucre, tía del Dr Turizo de majagual, el médico de Macondo que estudió en Francia y ejerció en San Marcos hacia 1.985.

En la sabana esteparia se oye de la embrujada “Marquesita” de El Roble, la de valdehoyos nada menos, en cuyas tierras que cercaba con soga y chocorrón piñero, había enterrado al pie de la “Piedra de Padilla” (del conquistador encomendero Don Alonso) el Sol de Oro del cacique Tacasuán custodiado por un toro negro que echaba chispas de candela por los ojos y los cascos cuando escarbaba.

A estas damas españolas y criollas, enigmáticas casi irreales en la oralidad y que documento en mano han resultado de carne y hueso, se le suma en la sabana alta de los Montes de María la no menos fascinante Doña Matías González de Barlanova y Galápago, nieta del capitán de Castilla Don Juan González de sierra y Urda, fundador del hato de corozal de Pileta hacia 1700, hija del capitán criollo sabanero Don Juan González de Sierra y Rico cuya cuna disputan Pileta, Sincé y la villa de San Benito de Tacasuán por ser nada menos que “El diligenciador del orden” que propuso y planteó el ordenamiento de los pueblos de sabanas, misión que en la década de 1.700 cumplió el capitán de ingenieros Don Antonio de la Torre y Miranda gallego de origen; incluyendo la repoblación de San Francisco de Ovejas, donde otro gallego Don Amaro Barreto de la Sofía, casado con Doña Rosalía de Barreto, de quienes viene el autor por la línea materna, criaba chivos y ovejas desde “Galápagos al arroyo Ovejitas”, mayordomo de los indios del encomendero licenciado don Matías de Barlanova y galápago gallego también, a quien el cabildo de Tolú hacia 1730 había dado merced de 33 caballerías de tierras en Oveja, donde instaló el “Hato de Galápagos”, el tío abuelo de nuestra Doña Matías González de Barlanova y Galápago, quien heredó las 33 caballerías o sea 13.949 hectáreas, casi el 30% de las 49.340 hectáreas del hoy municipio así como la encomienda de indias no sabemos como ni porque pues para 1790 cuando ella tendría 20 años el régimen de encomienda estaba abolido hacia 145 años.

Lo cierto es que Doña Matías y ahora viene la leyenda se dice fue una mujer de temple, bella, altiva y dominante que castigaba con su propia mano ya en un cepo terrorífico sobre su caballo porque era toda una amazonas, el indio rebelde sobre todo si cometía incesto, pecado que había entre su indiada y que ella no terminaba cortándole además los cabellos lo cual era dura vejación para el indio Cenzenú, en el Ovejas de ese tiempo nebuloso donde Doña Matías látigo en mano se paseaba sobre la cresta de los cerros oteando sus propiedades como temido fantasmas que vivió más de 100 años, tuvo muchísimos hijos o incontables nietos, cuya sangre corre por las venas de casi todo ovejero.

Pero resulta que Doña Matías, la memoria oral no la fantaseó tanto pues en verdad siendo nacida hacia 1770, fuese en Tolú, Corozal o Piletas, estaba vivita y coleando una década después de las últimas manumiciones de esclavos, hacia 1860 cuando ya había conocido muchísimos nietos, Doña Matías González de Barlanova y Galápago de Buelvas, los escribanos antirrealistas de la vida republicana le redujeron sus abolengos simplemente doña Matías González de Buelvas por su esposo Lucas Buelvas, que era ya criollo sincelejano al parecer, pues Sincelejo es en la sabana el solar de este apellido que dejó el peninsular don Tomás Buelvas y sus hijos entre ellos: José, Juan Luís, casado con Catalina Albis y Antonio Buelvas, esposo de Rosa Herazo, con 5 hijos en 1770.

Un solo documento señala a Doña Matías los siguientes hijos: Federico, Aristides y Lucas, ya difuntos en 1876, cuando era presidente del Concejo y Notario del Distrito de Ovejas el corozalero Don Senén Hernández. Además Miguel del Cristo, y José Ángel González Buelvas que vendió tres caballerías al sinceano Enrique Iriarte, sucedió que de la Torre y Miranda, al refundar Caracol hoy corregimiento de Toluviejo, dejó como cabo de justicia al también gallego Francisco Taboada, cuyo hijo el subteniente Francisco Gil Taboada de la Octava Compañía de Fusileros con 100 hombres comandados por el capitán Don Antonio Bravo, acantonados en la Villa San Benito Abad, se residencia en Corozal donde un hijo suyo se casa con una hija de doña Matías, teniendo los siguientes hijos: Enrique Taboada Buelvas que acuñó moneda asendal en Corozal de 1860, Teresa, casada con el sinceano Francisco García Gómez; Jesús, Dionisia, Francisca y el menor Restituto Taboada Buelvas; siendo que viceversa una hija del subteniente Francisco Gil Taboada se casa con un hijo de Doña Matías y tiene estos hijos: Catalina, casada con Francisco Mendoza, de Corozal; Rosa, esposa en Enrique Iriarte y los varones Federico, José Ángel, Aristides, Lucas y Eugenio, que vende en 1874, una y media de las tres caballerías que heredó de su abuelo Roberto Baloco, siendo testigos Manuel Antonio Mendoza y Gabriel bolívar, quien debió ser el abuelo de mi buen amigo Rafael Ovalle Bolívar, cuya cierta mirada y entradas en la frente, tiene rasgos parecidos al libertador Bolívar, de quien le hubiera valido pasar por Ovejas en ese entonces para que prohibiera y desenredara la madeja sanguínea de la Gonzalera con la Taboadera y la Buelvera con la Mendozera y la de todas estas familias con las más notables de sabanas.

Sincelejo, tres de la mañana, 1º de Octubre de 1998.

COLOMBIA: DEMOCRACIA, CIVILIZACIÓN Y CULTURA (1999)

Moisés Escorcia de la Hoz


El concepto de civilización, aunque menos amplio que el de cultura, es un neologismo que aparece en Francia en el siglo XVIII. Fue formado a partir de las palabras “civilizado y civilizar” que existían desde hacía tiempo y se utilizaban en el siglo XVI. Inicialmente fue empleado como término de jurisprudencia y designa un acto de justicia o un juicio que convierte en civil un proceso criminal. Al cobrar nuevo sentido, civilización se opone, grosso modo, a barbarie. De ahí que los términos cultura y civilización son tan estrechos que puede decirse que toda civilización es cultura, más no toda cultura es civilización. La civilización se considera como una etapa de la cultura y el momento que determina el advenimiento de una civilización es la iniciación de la vida en el nuevo sistema de ciudades.

La ciudad (del latín civitas) emplea términos como poder, localización, instituciones y bien común, siendo civilización sinónimo de progreso y actividad cultural. Algunos autores, entre ellos Kenneth Boulding, plantean que la historia de la humanidad es factible dividirla a partir de la siguiente concepción: período pre-civilizado, hasta la aparición de la vida urbana; periodo civiliado, hasta el siglo XX y etapa post-civilizada con el desenvolvimiento de la megápolis, que surge como resultado del superdesarrollo científico y tecnológico del mundo actual.

Según Braudel (1963) uno de los rasgos fundamentales de cualquiera civilización es la transmisión y conservación a través de generaciones de una serie de valores.

En consecuencia, cuando se escudriña la realidad socioeconómica, sociocultural y sociopolítica colombiana se detecta cierto grado de complejidad en su conformación étnica y concepción etico-filosófica, porque el hombre del interior, por ejemplo, tiende a ser introvertido, ensimismado, concentrado en su propio yo; mientras que el hombre afrocaribeño es extrovertido, volcado hacia fuera, expresivo, creativo-imaginativo y amante apasionado de la familia (esto no quiere decir que el hombre del interior no sea amante de la familia). Obviamente, en la Colombia contemporánea existe un tremendo desarrollo desigual; por un lado, un elevadísimo porcentaje de la población (un 65% aproximadamente) se encuentra localizado en los grandes núcleos urbanos y por el otro, una reducida proporción (aproximadamente un 35%) se halla en las zonas rurales; entonces, la Colombia urbana es próspera, moderna, científica y técnicamente más avanzada que la rural; ésta última se caracteriza por el abandono, el atraso, los pésimos e inexistentes servicios públicos; por lo general, la Colombia rural carece de modernas vías carreteables, de agua potable, alcantarillado, hospitales, escuelas adecuadas para albergar a la población estudiantil “in crescendo”. Esta contradicción entre los dos modelos del país ha generado una aguda contradicción bélica entre hermanos, entre los habitantes del mismo suelo patrio. ¿Qué ha generado esta situación? Bueno, la injusta repartición y/o distribución de los bienes y servicios de la cultura y civilización, del Producto Interno Bruto (PIB), ya que la plusvalía (máxima ganancia) queda en las manos avaras, opíparas de la burguesía latifundista e industrial que siempre ha usufructuado “los bienes terrenales del hombre”. A esto se agrega la irresponsabilidad, la negligencia y el espíritu apátrida con que la clase política (mal llamada clase dirigente) ha regido los destinos del país; única y exclusivamente les ha importado los gajes del poder, la ostentación de las altas posiciones del Estado para enriquecerse impunemente en detrimento del bienestar de las vastas mayorías de compatriotas, que gimen y padecen de Insalubridad, desempleo, hambre y, por ende, violencia generalizada. La población civil actual es víctima inocente de las arremetidas furibundas de los grupos guerrilleros, paramilitares y del aparato represivo del Estado-Gendarme. ¿Cómo otear la luz al final del túnel? La única salida a esta encrucijada es la socialización e integración de la cultura y civilización colombiana en un Frente Unido, Democrático y Popular pro-defensa de los auténticos valores de unidad, solidaridad, nacionalidad y democracia participativa; también hay que sensibilizar al pueblo, prepararlo, entrenarlo en los artilugios de la verdadera democracia, en aras de una futura toma del poder (por el pueblo, para el pueblo y del pueblo).

¿Estaríamos dispuestos a sacudir nuestra podrida conciencia y ponerla a funcionar en pro de la construcción de un país más justo, más amable, mas igualitario, para que la próxima generación de colombianos no sean esclavos? Creo que sí puede, siempre y cuando nos hagamos un profundo examen de conciencia, constricción de corazón y propósito de enmienda y desalojemos de nuestro ser interior para siempre jamás los demonios del egoísmo, del orgullo, de la envidia y de la avaricia; y nos entreguemos al servicio desinteresado de los humillados y ofendidos de este país.

¡La democracia y el progreso es de todos! ¡Conquistémoslos ya!

Sincelejo, Marzo 1 de 1999.

FIESTA CELESTIAL EN LA TIERRA DE LA GAITA (1999)

José Luís Rolón Álvarez


Lejanos se escuchan los ruidos inconfundibles de una tormenta en los Montes de María tal parece que San Pedro se inquieta y en sus afanes se centuplican los truenos y las centellas a manera manifestación telúrica de lo que puede ser la sensación de alegría del padre de la iglesia cristiana,… y no es para menos porque ya en los confines celestiales se escuchan afinaciones de gaita, templar de tambores, repaso de maraca y ensayo de cantos ultraterrenos que se preparan para participar en la más hermosa fiesta de que se tenga noticia respecto a lo vernáculo y a lo ancestral.

Quizás los ángeles mensajeros han puesto sobre aviso a San Pedro acerca del gran acontecimiento o quien quita que sea la orden perentoria del señor bienaventurado para que todas las almas acompañen a Pacho Llirene como dueño y señor de las cuatro noches sobrenaturales de Octubre donde se le rinde homenaje a la gaita y al tambor o… será que Modesto Chávez, llegado hace más o menos un año, se le dio por armar el complemento celestial del gran Festival Nacional de Gaitas tal como hiciera en su vida terrenal como innegable socio febril del evento.

… Carajo por si las dudas sería bueno preguntarle a Llirene como es el cuento porque acá en la tierra ovejera suenan aires de gaitas celestial y ya se siente en la plaza 4 de Octubre la presencia etérea de los espíritus de Pedro Alcazar y de Modesto Álvarez quienes como heraldos anunciadores han llegado a decirle al sentimiento gaitero que este año la fiesta será con todas las de la ley y que el cielo envía un grupo donde se conjuga la sabiduría fiestera con el corazón alegre de una gran animador de ruedas gaiteras cual es Modestito Chávez, … y que … esta vez debemos mirar con detenimiento para que observemos una presencia celestial que pese a que tratará de ocultarse no podrá hacerlo por lo enorme de su joven corazón y porque aún recuerda su alegría en cada instante gaitero y en cada alborada donde sin serlo se convertía, por la virtud de su idiosincrasia, en un gaitero más del conjunto y en un enamorado perenne del lamento de la Chuana…

Tal afirmación me ha puesto la piel de gallina por lo difícil que es dejar de pensar en el amigo que en este festival nos va a acompañar, tal como expresan las almas buenas del tamborilero y del gaitero, oculto entre otras almas que forman la embajada celestial porque teme prenderse de la fiesta y tal vez quiera quedarse en la vida de la tierra y allí Dios no la va a dejar porque el está predestinado a grandes cosas allá en el cielo.

Antes estas noticias hay algo que inquiera… ¿Cómo haremos para hospedar a la gran corte celestial? ¿Cómo haremos para que Modesto Chávez al bajar del cielo baile una gaita con la Bizca o con María Pineda?

¿Y cómo haremos para que al cabo de los cuatro días y sus noches le brindemos un hasta luego y no a un adiós a las almas que nos visitan?

Reflexionando y cavilando acerca de las sabias y populares palabras de Mane Cárdenas:”ESTO ES CON ORDEN” me atrevo a esbozar una tímida respuesta ya que fundamentar mi pensamiento al respecto de las inquietudes que me trasnochan, por lo que me atrevo a decir:

Que cada Ovejero puede brindar sus sentimientos y su corazón para albergar a las etéreas presencias que estarán con nosotros los días del festival.

Que Juan Muñoz o el mismo Mane Cárdenas le inquieten a Modestito como bailar bajo el saramuyo paso de María Pineda o al compás del movimiento cadencioso de las caderas de la bizca.

Por último la mejor forma de decir un hasta luego que asegure la presencia de los finados visitantes para el año próximo, es rezarles un Padre Nuestro bajo el influjo maravilloso del lamento de una gaita y Dios todopoderoso que nos conceda licencia para que nos alegren con sus almas buenas por todos los días del año y así no tengan necesidad de ausentarse de Ovejas aún cuando almas en el aire fresco que trae la brisa que llega de los Montes de María en las cuatro noches en las que se celebra el Festival Nacional de Gaitas.

Espero que al llegar la gran fiesta podamos haber resuelto el acertijo que se plantea y podamos decirle al cielo que en Ovejas se pueda armar para la eternidad, una fiesta celestial siempre que suene en la plaza del embrujo maravilloso de su majestad LA GAITA.

GAITEROS, GAITAS EN MI PUEBLO (1999)

Hernán David Vásquez


El sentido de pertenencia hacia cualidades de un verdadero excelso perfeccionamiento en el ser humano, la sapiencia que exhala de sus notas melancólicas matizadas con el verdor de sus cantos siniestros y obstinados, hacen parte del contorno inefable de la paradigmática y noble chuana creedora de prodigiosas y axiomáticas cualidades innatas y de su finalidad pedagógico-social transmitida sublimemente a nuestra conciencia humana y desasimiladas casi totalmente por la demostrabilidad de acciones de quebrantadas actitudes desbocadas y herradas colmadas de intolerancia e inmadurez ligadas al carácter competitivo grupal y hasta personal como se ha concebido esta virtud desarrollada y adquirida, con la satisfacción de aludir a comentarios absurdos desmoralizantes y argucias de estructuras indiscriminadamente dentro de las agrupaciones con experiencias y paradójicamente en los grupos de las nuevas generaciones de gaiteros en nuestro municipio de este hecho, urge la necesidad de dar un viraje a los acontecimientos de desviar la forma equivocada e inusual y denegada a una convivencia altruista que ha de impartirse hacia los niños, adultos y ancianos. El sano y libre desarrollo de mentalidades prometedoras para un futuro venidero bajo una inalienable sociedad unilateral para ello, se de contrarrestar estructurando cabalmente dentro de las organizaciones colectivas de carácter cultural (grupos de gaitas) institucionalizados formal o informalmente que deban partir, propensar y convertirse rudimentariamente en Centros Educacionales, en herramienta de ayuda necesaria para la superación de problemas, desaciertos, infortunios y defectos en agentes promotores y generadores intensivamente del bien común, materializado en el reflejo de las buenas y sanas costumbres de cada uno de sus integrantes, enfatizadas a los conciudadanos, a los amantes del folklor y a los pequeños e incipientes gigantes gaiteros, por lo anterior, la verdadera intencionalidad que se plantea y se pretende no es la de aludir o instaurar a modelos estrictamente disciplinarios, sectarios o militares injustificados en los grupos, por lo que se podría creer para muchos, no es la intención es consolidar cualidades hacia una verdadera sociabilidad para un perfeccionamiento humano con el moldeamiento de personalidades honestas, sinceras, directas, extrovertidas identificadas con dotes de humanidad, sencillez y el respeto recíproco en cualquiera circunstancia dentro o fuera de la organización grupal sinónima de entendimiento, ejemplo de tolerancia y pacificación como se justifica y se manifiesta por parte de admiradores, seguidores enamorados, idólatras e ilustres seguidores del folklor pues como dicen los sabios versos de Sabas Méndez:

“Debemos tomar ejemplo
De instrumentos musicales
Que siempre suenan a duetos
Y van en compás iguales”

Para tal fin es prioritario focalizar e instruir hacia un cambio de mentalidad irrestrictamente de las viejas y contemporáneas generaciones de gaiteros, a la parte directriz y colaboradores que en efecto, han tomado un rumbo diferente de su posición y función social y su objetividad humana, causantes directas e inconscientes de este agudo problema con el cual se convive en estos momentos, pues no solamente en este municipio por lo que sé y conozco sino también en otras poblaciones en donde se rescata, cultiva y prevalece el folklor gaitero.

Hago un llamado para que se transformen estos hechos desagradables y degradantes coercitivamente, a todas las organizaciones de festivales, a investigadores, sociólogos, filósofos, sicólogos, etc, a que se busquen acciones encaminadas a proporcionar soluciones al problema de conciencia que existe y reina alrededor de la inerme chuana.

“Lo más terrible se aprende
Lo hermoso nos cuesta la vida”
(Silvio Rodríguez)

EL A.B.C. DE LA GAITA (1999)

“Tal vez el contenido de este escrito sea conocido por muchos de los lectores, al igual que a ellos, este aporte tiene el objetivo de ilustrar a los que poco o nada saben sobre nuestra Gaita”


Humberto Pérez Gómez

El siguiente es el texto de un cuestionario presentado a la Junta Directiva del Festival de Ovejas.

P/ ¿Qué es el Festival Nacional de Gaitas?

R/ Es una entidad sin ánimo de lucro fundada en 1985 con el objetivo de rescatar la música de gaita, tiene Personería Jurídica número 608 del 8 de Julio de 1986 y en forma ininterrumpida ha realizado seis festivales, todos en el mes de Octubre y este año de 1998 realizará su décima cuarta versión la cual tendrá lugar durante los días 9, 10, 11 y 12 de Octubre en honor a MODESTO CHÁVEZ quien solía decir que todo ovejero estaba obligado a saber por lo menos lo más elemental sobre la gaita, su festival y agregaba “No solo a conocer sino a difundir dicho conocimiento”


P/ ¿Nuestra gaita de donde proviene?

R/ Su origen se remonta a la aparición del primer instrumento utilizado por el hombre, el caracol, que los Zenúes llamaron chuana. La chuana fue utilizada por los Zenúes para convocar a sus tribus a la guerra, a la cacería, etc. Más tarde pasó a ser un instrumento músico-ritual de uso exclusivo de los caciques o sacerdotes mohan de la tribu.

Existen otras versiones como aquella que dice: Que la gaita se derivó de los pitos antropomórficos y zoomórficos u ocarinas, figuras que traducen la condición aurífera de los Zenúes quienes utilizaron la cera y el carbón molido para fabricar diferentes figuras, especialmente de aves, de donde se deduce muy posiblemente la forma de la cabeza de la gaita actual, la que es complementada con un fitoque o canuto y en la cabeza se le insertó un bombillo proveniente de la pluma de algunas aves (golero, pato, pavo, etc) bitoque perforado por los orificios tonales con los cuales logra imitar primeramente el canto de las aves.


P/ ¿Explica de donde proviene el nombre gaita con que llamamos al instrumento musical?

R/ A la llegada de los españoles encontraron que nuestros indios ejecutaban la chuana de la cual brotaba una melodía parecida a la salida de la gaita gallega y al relacionarlas le dieron el mismo nombre.


P/ ¿Qué materiales se utilizan para la fabricación de una gaita?

R/ Teniendo en cuenta los diferentes medios y recursos naturales donde vive el gaitero de la sabana alta, en especial de los Montes de María, se utilizan diferentes materiales entre ellos: la pitahaya, el bleo de chupa, la caña de lata, etc., además la cera natural (cera del carga barro y cera de abeja común) mezclada con carbón molido y algunos le agregan brea; además se utiliza una pluma que puede ser de pavo, golero o pato, siento ésta última la más utilizada por su forma y consistencia.


P/ Se habla de gaita corta y de gaita larga ¿Cuál es la diferencia?

R/ Principalmente por su tamaño ya que una gaita corta mide aproximadamente 50 cms, mientras que la larga mide más o menos 80 cms, además la gaita hembra consta de cuatro o cinco orificios mientras que una corta tiene seis orificios; es a ésta última a la que se le llama gaita corta o sola.


P/ Usted menciona la palabra gaita hembra ¿Por qué?

R/ Porque existen la gaita macho, una gaita hembra como dije tiene cuatro o cinco orificios tonales mientras que la gaita macho solo uno, y en algunos casos otro más obturado con cera que se destapa para interpretar ciertos aires.


P/ ¿Cómo está conformado un grupo de gaitas?

R/ Un conjunto de gaitas puede llegar a estar conformado por seis personas pero también lo pueden integrar cuatro. Los instrumentos son los siguientes: una gaita hembra encargada de llevar la melodía. Una gaita macho que sirve de marcante o de llenadota de los vacíos melódicos dejados por la hembra. Un tambor hembra o alegre que ejecuta los repiques, canteos y recrujes. Un tambor macho o llamador, que como su nombre lo indica llama en el compás; es un marcante ejecutado con un solo golpe. Una tambora de dos parches, ejecutadas con dos palitos, últimamente incorporada al conjunto de gaita y su función es complementar la percusión. Una maraca ejecutada por quien toca la gaita macho (esto en cuanto a un conjunto de gaita larga, ya que en gaita corta se usan dos maracas y no participa la gaita macho), la maraca hace la función que en los equipos modernos cumplen los “tuiteros” es decir, darle brillo a la ejecución a más de ser un marcante. Debe anotarse además que en nuestro concurso de Gaitas se acepta un vocalista.


P/ Tengo entendido que con la gaita se pueden ejecutar diferentes ritmos. ¿Cuáles se pueden ejecutar en la décima cuarta versión?

R/ Se deben ejecutar obligatoriamente los aires de gaita y porro, pero, opcionales la cumbia y el merengue.



P/ Hábleme sobre el ritmo o aire de gaita.

R/ Es un aire que se diferencia de los demás ritmos porque en su ejecución no se incluye la tambora, se caracteriza por su melodía nostálgica y melancólica y raras veces es cantada lo que indica que es más que todo instrumental.

Monday, July 16, 2007

PRESENTACIÓN (2001)

Profesor: TOTO RODRIGUEZ BARRIOS.


Se abre el telón de la Décima Séptima versión del Festival nacional de Gaitas y con ello la alegría desbordante y el entusiasmo de todo el pueblo enclavado en los Montes de María que quiere y ama su folclor, sus costumbres y su identidad representada en la música de gaita.

Los que amamos estas expresiones musicales sentimos realizados nuestros sueños que un día de Octubre del año 1985 con una infraestructura pequeña y unos socios con gallardía dieron por iniciado el Primer Festival en un sitio improvisado y sin pensar que este evento se convertiría en el más grande de Colombia. Ya es el nuevo siglo, la tecnología ha avanzado tanto que el festival creció y seguirá creciendo aún más. Para este año vamos a tener la oportunidad de internacionalizar el Festival Nacional de Gaitas; transmitiendo para 142 países en directo y 36 cadenas nacionales además abriendo una página en Internet. Ovejas un pueblo de temperatura variada por su topografía donde se cultiva el mejor tabaco del mundo, donde las mujeres con pujanza laboran alisando la materia prima que después es exportada a muchos países a través del puerto marítimo de Cartagena, mientras que el hombre labra la tierra y trabaja en diferentes oficios, interpretan los instrumentos de gaita, los centros educativos como el colegio oficial Gabriel Taboada Santodomingo que ha dado grandes profesionales y han puesto en alto el nombre de Ovejas en otras ciudades y países. El Ovejero es amable por excelencia, bondadoso y sobre todo humilde.

El FESTIVAL NACIONAL DE GAITAS ya está posesionado en el Ministerio de Cultura como uno de los mejores eventos que se realizan en Colombia, donde se dan cita: Jurados, compositores, Decimeros, gaiteros, Tamborileros, Dancistas, Cantadoras de Bailes Cantao, Artesanos, Muestra de Escuelas de Gaitas, Conferencistas, Talleristas, Periodistas, Invitados Especiales y, público en general.

Este logro es el resultado del trabajo que con mucho esfuerzo y tenacidad se ha venido realizando desde años anteriores. Esperamos así atender con mucho agrado a Ovejeros y visitantes.

La junta directiva de la Décima Séptima Versión le da la bienvenida a los huéspedes de honor y que gocen el festival con nosotros en el puente del día de la raza y los esperamos el próximo año.


OVEJAS


El Municipio de Ovejas, Departamento de Sucre pertenece a la subregión Montes de María y tiene una extensión de 463 km2 y esta localizado a 9º 32’ Latitud Norte y 15º 14’ Longitud Oeste Greenwich a una altura promedio de 277 mts sobre el nivel del mar

La temperatura promedio es de 28º C y una población de 25.069 habitantes. La población rural es de 14.004 y la población urbana de 11.065. El numero actual de viviendas es de 2.012



RESEÑA HISTORICA DE LOS SIMBOLOS PATRIOS DEL MUNICIPIO DE OVEJAS



EL ESCUDO: Con el Decreto 1309 del 3 de Octubre de 1979 de la Gobernación del Departamento de Sucre, le otorgó el escudo de armas al Municipio de Ovejas, cuyo autor es el licenciado Pedro José Mercado Tinoco. El Decreto lleva la firma del Gobernador de ese entonces Dr HERMES DARÍO PEREZ y de los señores secretarios: de Gobierno, LUIS GOMEZ ROMERO; de Hacienda REMBERTO GARCIA CABALLERO; de Educación JORGE FADUL BITAR; de Desarrollo REMBERTO AMADOR PEREZ; de Planeación GABRIEL JOSE DE LA OSSA; de Agricultura y Ganadería FRANCISCO ACUÑA ARRIETA.

Este blasón fue presentado ante el señor Gobernador por los doctores ALFONSO RICARDO GARCIA y EDUARDO GARCIA BADEL.

El escudo tiene la forma de lira, en el borde superior se encuentran las palabras Libertad y Trabajo, que expresan el amor de sus gentes por la convivencia pacífica, sin barreras ideológicas. En la división superior está su medio geográfico: una topografía accidentada llamada Montes de María, estribaciones de la serranía de San Jerónimo y el sol naciente, principal fuente de energía de nuestra naturaleza. En la mitad del escudo una franja con las palabras “OVEJAS SUCRE”.

En la parte inferior tiene dos divisiones: en su izquierda está una planta de tabaco sobre el cual gira toda la economía del municipio. A su derecha están los instrumentos de trabajo, compañeros inseparables del campesinado.



EL HIMNO: Es una composición de un sentido patriótico y religioso. El autor de la letra es el Dr Santiago Diago Pareja, natural de San Juan Nepomuceno y la música del sacerdote Cartagenero padre Vicente H. Caviedes Araujo quien fuera párroco de Ovejas del 23 de Noviembre de 1931 hasta el 27 de Enero de 1947. se comenta que este himno se estrenó en la segunda visita pastoral que hiciera monseñor Miguel Ángel Builes en el mes de abril de 1938 y cantado por el coro de las estudiantes del Colegio de las Misioneras Teresitas, comunidad fundada por Monseñor Builes.



LA BANDERA: Es el símbolo más antiguo, fue enarbolada por primera vez en 1918, por los movimientos campesinos y obreros del tabaco, cuando existía en la Costa Atlántica y en todo el país un clima generalizado de protesta como consecuencia del surgimiento de una clase obrera que se unía para formar sindicatos.

La bandera está formada por dos franjas iguales, la franja superior de color amarilla que representa la energía de la naturaleza y la voluntad pacífica de sus gentes; la franja verde representa el color de sus campos y praderas y la esperanza de sus pobladores por un mejor mañana.

EDITORIAL (2001)

Edwin José Mussy Restom
Alcalde Municipal de Ovejas

Un nuevo amanecer, un nuevo comienzo, una nueva ilusión, un nuevo compromiso con el pueblo querido de ovejas. Así he mirado el proceso de intervención social que enmarca mi quehacer en pos de elevar la dignidad, nivel de vida y amor por su tierra, de mis conciudadanos Ovejeros. En esta disposición antes que nada antepongo el Amor y la fe en Jesucristo por cuanto en El todo se puede y es mediante el gozo infinito que llena nuestros corazones es como podemos reflejar el cariño inmenso por una tierra incomprendida y maltratada por muchos.

Ya en muchas oportunidades pude deleitarme con el hermoso espectáculo que encarna de la gaita Indígena en nuestra plaza principal cuando se da por servida la cena de lo cultural y ancestral con lo mágico y ensoñador que resulta ese lamento bello de los futuros llamando al corazón de todos para que la reflexión sea el común denominador en la Fiesta Vernácula de los Gaiteros presentes e idos. Es ese trepitar de cabuyas abrazadas a los troncos labrados de madera de banco el que nos mueve impensadamente por cuanto sabe el cuerpo que de manera inmediata sonará el Kuisi o Chuana como preludio de tiempos felices y es así como quisiera ver a mi pueblo no sólo durante los 4 días del Festival, ojala pudiera apreciarse esa simbiosis amorosa, durante los 365 días de todos los años de toda la vida.

Es cierto que en medio de las dificultades del desconcierto apremia y urge al ser humano para que cometa errores pero también es cierto que existe el poder inmenso del corazón cristiano que amparado en Cristo puede reflexionar y meditar sobre el triste papel que se juega en el tropel del infortunio y puede además el hombre como epicentro de la creación fortalecer su espíritu acudiendo al Amor como fundamento de su pensar y actuar, que sólo así podremos elevar nuestros ojos para ser dignos ante Dios. Es imperante que este espacio lo aprovechemos para decirnos las verdades de nuestra existencia y reconozcamos que estamos en frente del dolor y la amargura únicamente porque en lugar de Amar hemos escogido odiar y porque en lugar de crear hemos escogido destruir. Por ello invito a mi pueblo a repensar, a revisar el tiempo dentro del tiempo para encontrar las respuestas a esta atropellada forma de vida, que de esta manera es como podremos equilibrar la existencia.

Por otra parte el rumbo de nuestro accionar se encuentra dirigido hacia la invertebrada posición de DESARROLLAR en Ovejas y la región un proceso de recuperación social y económica que nos permita enfrentar los retos del destino de la Patria y el mundo desde la óptica de la sostenibilidad, respetando y amando, desde luego, nuestra identidad y génesis cultural. Es esta preocupación la que nos mantiene firmes en la posición franca de quien aspira que los destinos del pueblo que lo vio nacer sean los destinos de la concertación, el respeto y la grandeza integral de un conglomerado civilizado por sobre todas las cosas. Para lograrlo demostremos que podemos ser signos hijos de la gallarda Villa, fundada por el adelantado Capitán de Milicias don Antonio de La Torre Miranda, hagámoslo con criterio de servicio y entrega a toda prueba para que podamos emerger de entre las cenizas del dolor cual ave mítica y emprender el vuelo del DESARROLLO SOSTENIBLE que planteamos como alternativa social para los ovejeros.

Volviendo el sentimiento cultural esta página pretende brindar a todos y a todas, a propios y visitantes, a gaiteros y curiosos la más cordial BIENVENIDA al centro mismo de la magia GAITERA, quiere además mostrar la grandeza del amor frente a los abatares de la vida y por encima de ello quiere ser una invitación a encontrar la Bondad de Cristo para que siga sonando la Gaita sin los ecos del dolor y que suenen las maracas con el gozo del Amor.

Ovejas se dignifica con su presencia, queridos amigos, por ello expresamos nuestro sentimiento de alegría al saber que nos acompañan en la XVII Edición del Festival Nacional de Gaitas “FRANCISCO LLIRENE”.

Que suenen las gaitas…

FERNANDO SEPTIMO “MARAVILLA DEL MUNDO” (2001)

Javier Francisco Cabrera Arroyo

El Rey Fernando Séptimo nació en Roble, Bolívar, Colombia a orillas del Río Grande de la Magdalena, bajo el arrullo de una negra Bullerenguera, quien con sus canciones y su hermosa voz empezó a esculpir la vida musical de su hijo, al lado del “Zico Ambato” su consejero y maestro de percusión.

Fue tanto el conocimiento que asimilara de su madre y de “NICO” que el mismo se hizo tambolero de su madre a la edad de 9 años.

Sus años mozos los disfrutó en Plato Magdalena, de allí su primer nombre artístico “El Plateño”, en la tierra del hombre caimán se vio obligado a un receso como tambolero por aparición de las radiolas y esos aparatos raros en las fiestas populares; ahora sería la música vallenata la que le coqueteara y como siempre fue un ferviente enamorado de toda expresión artística, aceptó el reto, llegando a ser cajero de reconocidas figuras como: Juancho Polo Valencia, Pacho Rada y Alejo Duran entre otros.

S viejo tambor bullerenguero se quedó en el tiempo, impávido, huérfano y solitario apolillado por la melancolía, esperando a que llegara el tiempo en que la gaita tomara venganza y saliera en su rescate; sucedió entonces que el tambolero se acordó de su tambor en una noche de velación al compás de las gaitas.

Fernando empieza a interesarse por la música de gaita y en conocer muchos gaiteros como Juan y José Lara, Mañe Serpa, Mañe Mendoza, Nolasco Mejía, Medardo Padilla y de los mellos de Plato entre otros, pero esta dicha le duró muy poco, porque comenzaría otra etapa de su vida en Sincelejo, como forma de ganarse el sustento se dedicó a la venta de pescado; sus días trascurrían entre el lavagayo y el olor a pescado.

Las fiestas del veinte de enero y sus famosas corralejas sería el lugar propicio para conocer a diversos grupos musicales de toda la costa. Cayó en la fatídica corraleja del año 1980 sin sufrir un rasguño, solo el susto.

Siguió su labor artística como cajero y para el año 1985 era el cajero del Rey Sabanero del requinto “Ángel Niño” y para un cuatro de Octubre de ese año, arribaron a Ovejas para el Festival Nacional de Gaitas, ofreciendo su música sabanera al mejor postor, a eso de las tres de la madrugada Fernando discute con uno de sus compañeros y se dispuso a buscar un vehículo que lo llevase de regreso a Sincelejo, cuando llegó a la esquina del cementerio completamente beodo, se recostó en la paredilla para reposar la rasca, de pronto escuchó la algarabía de un tambor que lo llamaba, se dejó guiar por la brújula de su corazón hasta que llegó a la casa de Antonio Cabrera Fontalvo, se quedó maravillado de aquello porque en su vida jamás había visto tanto gaitero reunido, se acercó a la parranda vestido con pantalón blanco, una guayabera azul celeste, un sombrero Vueltiao Alon y zapatos tres coronas de color blanco y negro, y luego saludó pero nadie lo conocía, más el si reconoció a José Lara y después de unas palabras éste le reconoce y como solía decir Mosquera se dieron un abrazo como de iguano en campano, porque después de muchos años volvieron a verse, pidió que lo dejaran tocar, Toñito Cabrera le sirvió un trago y le dijo: “Aquiétese viejo sombreron, siéntese y deje que los que saben tocar toquen”, José Lara intercedió por él diciendo: “dejen que el hombre toque, él también sabe, todos quedaron en silencio y escépticos, en tanto que el viejo Toño (padre) tomó su gaita para interpretar “el golpe de cháraca”, al finalizar el tema musical el anfitrión y creador del festival, lo cargó y le dijo: “De cualquier palisá sale un lobo”.

Los demás músicos e invitados lo ovacionaron, Juancho Sierra exclamó: “ese viejo si toca sabroso”. Desde ese momento nació para Ovejas un nuevo hijo: Fernando Séptimo Mosquera, dueño no solo de la casa de los Cabrera sino del cariño de los moradores del barrio el cozo y de todos los ovejeros.

“Este era el espacio que yo necesitaba para mostrar mi talento”, nací bajo un tambor y bajo un tambor moriré, fueron sus frases de siempre. Bastó con que alguien se enamorara de su estilo para empezar a crecer, luego de muchos años de parrandas cantaría aquellos bellos temas que en otrora le enseñara natividad de la Hoz su madre.

Ahora no sólo era el tambolero consentido de Sucre, sino, un cantador de Bullerengues. Mosquera sin proponérselo forjó una escuela, con una identidad tocada por la alegría y la sencillez, definitivamente Mosquera fue un personaje digno de admirar, aunque de apariencia tosca tenía una mirada taciturna con una de ángel, era loco y extrovertido, se burlaba hasta de su propia sombra, pero tan sentimental como el que más.

Solía mostrar una sonrisa esculpida sobre dientes gastados por el tiempo, era el trovero de parrandas gaiteras que rompían el silencio de tranquilas noches brumosas, con el repentismo de canciones de juglar sabanero.

Sus manos pródigas y callosas percutían sobre un tambor que muestra la gallardía y la casa de su intérprete. Era fácil observarle en los festivales con pantalones mugrientos de cuatro días de parranda que denotaban sus faenas, faenas que lo convirtieron en el mejor tambolero de muchos festivales, sus viejas tripas lo llevaron a besar el dulce amargo de la inevitable muerte. Ovejas perdió a su hijo y hoy nada iguala la tristeza que embarga las lozanas gaitas, ni cesa el llanto de un tambor negro cuyos sonidos quedaron atrapados en el recuerdo de las acústicas calles de Ovejas.

Mosquera un hombre que con el tesón de sus manos mostró la sensibilidad del gaitero. Tú hablarás en el tiempo por las manos de tus discípulos.